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La formación del carácter
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tra las tendencias heredadas. Tendremos que criticarnos a nosotros
mismos severamente y no permitir que quede sin corregir un solo
rasgo desfavorable.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 266; 231
(1900)
.
La meditación y la acción son esenciales
—La meditación abs-
tracta no basta; tampoco lo es la actividad constante. Las dos son
esenciales para la formación del carácter cristiano.—
Testimonies
for the Church 5:113 (1882)
.
Desarrollemos buenos hábitos mentales
—Si queremos desa-
rrollar un carácter que Dios pueda aceptar, debemos formar hábitos
correctos con respecto a nuestra vida religiosa. La oración diaria es
tan esencial para el crecimiento en la gracia, e incluso para la vida
espiritual misma, como el alimento temporal lo es para el bienestar
físico. Deberíamos acostumbrarnos a elevar a menudo nuestros pen-
samientos a Dios en oración. Si la mente divaga, debemos traerla
de vuelta a su lugar; mediante un esfuerzo perseverante, el hábito
finalmente lo hará todo fácil. No nos podemos separar ni un instante
de Cristo y estar seguros. Necesitamos que su presencia nos ayude
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a cada paso, pero sólo si cumplimos las condiciones que él mismo
ha impuesto.—
The Review and Herald, 3 de mayo de 1881
;
The
Sanctified Life, 93
.
El propósito ferviente y la integridad inquebrantable son
esenciales
—El esmero es necesario para tener éxito en la formación
del carácter. Debe haber un ferviente propósito para ejecutar el plan
del Artífice maestro. La armazón debe ser sólida. No puede aceptarse
trabajo descuidado, que no sea digno de confianza, porque arruinaría
el edificio. Las facultades de todo el ser deben dedicarse al trabajo.
Se requiere la fuerza y la energía de la virilidad; no debe malgastarse
reserva alguna en asuntos sin importancia... Debe haber un esfuerzo
ferviente, cuidadoso y perseverante para apartarse de las costumbres,
máximas y compañías del mundo. La reflexión profunda, el ardiente
propósito, y la firme integridad, son esenciales.—
Consejos para los
Maestros Padres y Alumnos, 61; 51 (1897)
.
Mantengamos la vista fija en el blanco
—Pedro dice: “Añadid
a vuestra fe el poder; y al poder, la ciencia; y a la ciencia, la tem-
planza; y a la templanza, la paciencia; y a la paciencia, la piedad;
y a la piedad, fraternidad; y a la fraternidad, amor”.
2 Pedro 1:5-7
(VM)
.