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La felicidad
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poder restaurador constantemente se manifiesta en nuestro cuerpo.
Si cooperamos con él en esa obra, los resultados seguros son salud y
felicidad, paz y utilidad.—
Comentario Bíblico Adventista 1:1132
(1901)
.
Curación para los inválidos
—Que los inválidos hagan algo en
lugar de ocupar sus mentes en un simple juego que los rebaja en su
propia estima y les hace creer que sus vidas son inútiles. Mantengan
despierta la fuerza de voluntad porque cuando ésta está alerta y se la
conduce correctamente, es un poderoso tranquilizante de los nervios.
Los inválidos son mucho más felices cuando están ocupados en algo,
y su recuperación resulta más fácil.—
Testimonies for the Church
1:557 (1867)
.
La vida en el campo y la felicidad (consejo a una madre)
Es verdad que Ud. no estará totalmente libre de preocupaciones y
perplejidades en el campo; pero allí evitará muchos males y le cerrará
la puerta a un diluvio de tentaciones que amenazan con dominar
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la mente de sus hijos. Necesitan estar ocupados y atender muchas
cosas. La quietud del hogar los hace sentirse incómodos e inquietos,
y han caído en el hábito de mezclarse con los muchachos viciosos de
la ciudad, y de este modo están obteniendo una educación callejera...
La vida en el campo les resultará muy beneficiosa; una vida
activa, al aire libre, desarrollará la salud tanto de la mente como del
cuerpo. Deberían disponer de una huerta, donde podrían encontrar
a la vez entretenimiento y una actividad útil. El cultivo de plantas
y flores tiende a mejorar el gusto y el juicio, al mismo tiempo que
el relacionarse con la hermosa y útil creación de Dios tendrá una
influencia ennoblecedora sobre la mente, que será atraída al Creador
y dueño de todo.—
Testimonies for the Church 4:136 (1876)
.
En procura de “nuestros derechos”
—Aquellos a quienes ama-
mos pueden hablar y obrar con descuido, y herirnos profundamente.
Tal puede no haber sido su intención, pero Satanás magnifica sus
palabras y actos ante la mente y así arroja un dardo de su aljaba para
atravesarnos. Nos erguimos para resistir a la persona que pensamos
nos hirió, y al hacerlo estimulamos las tentaciones de Satanás.
En vez de pedir a Dios fuerza para resistir a Satanás, permitimos
que nuestra felicidad quede empañada tratando de defender lo que
llamamos “nuestros derechos”. Así concedemos una doble ventaja a
Satanás. Obramos de acuerdo a nuestros sentimientos agraviados,