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Mente, Cáracter y Personalidad 2
eléctricas de Satanás. Por este medio él arroja su ensalmo sobre los
cuerpos y las almas de los hombres.—
El Evangelismo, 442 (1887)
.
Voluntad de Dios
versus
ganancias temporales
—Los que se
entregan al sortilegio de Satanás, pueden jactarse de haber recibido
gran beneficio por ello, pero ¿prueba esto que su conducta es pruden-
te o segura? ¿Qué importa que la vida haya sido prolongada, o que
se hayan obtenido o no ganancias temporales? ¿Valdrá la pena haber
despreciado la voluntad de Dios? Todas estas ganancias aparentes
resultarán al fin una pérdida irreparable. No podemos quebrantar
con impunidad una sola barrera de las que Dios erigió para proteger
a su pueblo del poder de Satanás.—
Joyas de los Testimonios 2:58
(1882)
.
La curiosidad atrae
—A la par que se predica el evangelio, hay
agentes que trabajan y que sólo son intermediarios de los espíritus
mentirosos. Muchos tratan con ellos por simple curiosidad, pero al
ver pruebas de que obra un poder más que humano, quedan cada vez
más seducidos hasta que llegan a estar dominados por una voluntad
más fuerte que la suya. No pueden escapar de este poder misterioso.
Las defensas de su alma quedan derribadas. No tienen vallas
contra el pecado. Nadie sabe hasta qué abismos de degradación
puede llegar a hundirse una vez que rechazó las restricciones de la
Palabra de Dios y de su Espíritu.—
El Deseado de Todas las Gentes,
223 (1898)
.
Ciencia y revelación
—Para muchos, las investigaciones cien-
tíficas se han vuelto una maldición. Al permitir todo género de
descubrimientos en las ciencias y en las artes, Dios ha derramado
sobre el mundo raudales de luz; pero aun los espíritus más podero-
sos, si no son guiados en sus investigaciones por la Palabra de Dios,
se extravían en sus esfuerzos por encontrar las relaciones existentes
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entre la ciencia y la revelación.—
El Conflicto de los Siglos, 576
(1888)
.
Cristo podría haber abierto las puertas de la ciencia
—Un
ministro dijo cierta vez que a él le habría gustado que Cristo hubiera
sabido algo acerca de las ciencias. ¿De qué estaba hablando ese
ministro? ¡De las ciencias! Cristo podría haber abierto una tras
otra las puertas de la ciencia. Podría haber revelado a los hombres
tesoros científicos que les habrían servido de festín hasta el día de
hoy. Pero como sabía que ese conocimiento habría sido empleado