Página 297 - Mente, C

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La pseudociencia
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mientras avanza por la senda del deber; pero no hay seguridad de
esa protección para los que se aventuran en el terreno de Satanás.
El instrumento del gran engañador dirá y hará lo que sea nece-
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sario para alcanzar su objetivo. Importa poco si se dice espiritista,
“médico eléctrico” o “sanador magnético”. Mediante pretensiones
engañosas captará la confianza de los incautos. Pretenderá leer la
historia de la vida y entender todas las dificultades y aflicciones de
los que acuden a él.
Disfrazado de ángel de luz, mientras lleva en su corazón la
negrura del abismo, manifestará gran interés por las mujeres que
buscan consejo. Les dirá que todas sus dificultades se deben a un
matrimonio infeliz. Esto puede ser muy cierto, pero su consejo
no mejorará la situación. Les dirá que necesitan amor y simpatía.
Bajo la pretensión de un gran interés por su bienestar, lanzará sus
encantamientos sobre sus víctimas indefensas, embrujándolas como
la serpiente al tembloroso pajarillo. Pronto estarán totalmente en
sus manos, y la terrible secuela será el pecado, la desgracia y la
ruina.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 116 (1890)
.
“Fuerzas latentes” de la mente
—Los apóstoles de casi todas
las formas de espiritismo aseveran tener el poder de curar. Atribu-
yen este poder a la electricidad, al magnetismo, a los remedios que
obran—dicen—por “simpatía”, o por “fuerzas latentes” en la mente
humana. Y no son pocos, aun en esta era cristiana, los que se dirigen
a tales curanderos en vez de confiar en el poder del Dios viviente y
en la capacidad de médicos bien preparados.
La madre que vela al lado de la cama de su niño enfermo ex-
clama: “Ya nada puedo hacer. ¿No hay médico que tenga poder
para sanar a mi hijo?” Se le habla de las curaciones admirables
realizadas por algún clarividente o sanador magnético, y le confía
a su amado, colocándolo tan ciertamente en las manos de Satanás
como si éste estuviese a su lado. En muchos casos la vida futura del
niño queda dominada por un poder satánico que parece imposible
quebrantar.—
La Historia de Profetas y Reyes, 157 (1917)
.
Las corrientes eléctricas de Satanás
—Estos instrumentos sa-
tánicos pretenden curar la enfermedad. Atribuyen su poder a la
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electricidad, al magnetismo o a los así llamados “remedios simpáti-
cos”, cuando en realidad no son más que canales de las corrientes