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En armonía con la ciencia
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La ciencia más importante
—Aunque el conocimiento de la
ciencia es poder, el poder que Jesús vino a impartir personalmente
es aún mayor. La ciencia de la salvación es la ciencia más impor-
tante que ha de aprenderse en la escuela preparatoria de la tierra.
La sabiduría de Salomón es deseable, pero la de Cristo es mucho
más deseable y esencial. Por la simple preparación intelectual no
podemos llegar a Cristo; pero por él podemos alcanzar el más alto
peldaño de la grandeza intelectual. Aunque no debe desalentarse
la búsqueda del conocimiento del arte, la literatura y los oficios, el
estudiante debe obtener primeramente un conocimiento experimen-
tal de Dios y su voluntad.—
Consejos para los Maestros Padres y
Alumnos, 20; 19 (1913)
.
Cristo empleó la ciencia de las ciencias
—Sin emplear la coac-
ción, sin usar métodos de violencia, él [Cristo] funde la voluntad del
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ser humano con la de Dios. Esta es la ciencia de todas las ciencias
verdaderas; porque efectúa un cambio extraordinario en la mente y
el carácter: es la transformación que debería efectuarse en la vida
de todos los que pasan por las puertas de la ciudad de Dios.—
MeM
351 (1902)
.
La investigación no está en conflicto con la revelación
—Dios
es el fundamento de todas las cosas. Toda verdadera ciencia está
en armonía con las obras divinas; toda verdadera educación con-
duce a obedecer al gobierno de Dios. La ciencia despliega nuevas
maravillas ante nuestros ojos, se remonta a lo alto y explora nuevas
profundidades; pero en su investigación no produce nada que esté en
conflicto con la revelación divina.—
Comentario Bíblico Adventista
7:928 (1884)
.
La ciencia no puede desentrañar los secretos divinos
—“Las
cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas
son para nosotros y para nuestros hijos por siempre”.
Deuteronomio
29:29
. Nunca reveló Dios al hombre la manera precisa como llevó a
cabo la obra de la creación; la ciencia humana no puede escudriñar
los secretos del Altísimo. Su poder creador es tan incomprensible
como su propia existencia.—
Historia de los Patriarcas y Profetas,
105 (1890)
.
La Biblia es nuestra guía en el estudio de las ciencias
Dependemos de la Biblia para conocer el principio de la historia
del mundo, la creación del hombre y su caída. Si eliminamos la