Página 355 - Mente, C

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Cómo aconsejar
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mano, y desde un punto de visita humano puede tomar decisiones
equivocadas y dar consejos erróneos.—
Manuscrito 59, 1900
.
No veo nada provechoso, mi hermano, en que Ud. celebre reunio-
nes sólo para damas jóvenes. Que haya mujeres experimentadas para
que eduquen y adiestren a las jóvenes respecto de la mejor manera
de conducirse y cómo ofrecer una influencia apropiada. Que ninguna
de ellas comparta con ningún hombre la historia de su vida privada.
Esta no es la voluntad de Dios, y Ud. no debería fomentar nada que
se le parezca.—
Carta 9, 1889
.
Factores que condicionan el aconsejamiento eficaz
—Cuando
tratemos de aconsejar o amonestar a cualquier alma en cuya expe-
riencia haya sobrevenido una crisis, nuestras palabras tendrán úni-
camente el peso de la influencia que hayamos ganado con nuestro
propio ejemplo y espíritu. Debemos
ser
buenos antes que podamos
obrar
el bien. No podemos ejercer una influencia transformadora
sobre otros hasta que nuestro propio corazón haya sido humillado,
refinado y enternecido por la gracia de Cristo. Cuando se efectúe
ese cambio en nosotros, nos resultará natural vivir para beneficiar
a otros, así como es natural para el rosal producir sus flores fragan-
tes o para la vid sus racimos morados.—
El Discurso Maestro de
Jesucristo, 108, 109 (1896)
.
El adiestramiento y la experiencia prepararon a Moisés pa-
ra que fuera un consejero compasivo
—El ser humano se habría
evitado ese largo período de trabajo y oscuridad, por considerarlo
como una gran pérdida de tiempo. Pero la Sabiduría infinita determi-
nó que el que había de ser el caudillo de su pueblo pasara cuarenta
años haciendo el humilde trabajo de pastor. Así desarrolló hábitos de
atento cuidado, olvido de sí mismo y tierna solicitud por su rebaño,
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que lo prepararon para ser el compasivo y paciente pastor de Israel.
Ninguna ventaja que la educación o la cultura humanas pudiesen
otorgar, podría haber sustituido a esta experiencia.—
Historia de los
Patriarcas y Profetas, 254 (1890)
.
Algunos no están en condiciones de tratar con las mentes
(consejo a un pastor)
—Ud. tiene algunos rasgos de carácter que lo
descalifican para tratar prudentemente con las mentes humanas. No
obra de manera que esas mentes consigan los mejores resultados.—
Carta 205, 1904
.