Página 359 - Mente, C

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Cómo aconsejar
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entonces vale la pena conversar; pero cuando se concentra en el
yo y en las cosas terrenales y sin importancia, el silencio es oro.
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El oído obediente recibirá la reprensión con un espíritu susceptible
de recibir enseñanza. Sólo entonces nuestra relación con los demás
resultará beneficiosa, y cumplirá el propósito que Dios desea que
lleve a cabo. Cuando se cumplen aspectos de la instrucción divina,
el sabio reprensor cumple su deber, y el oído obediente escucha con
un propósito definido y resulta beneficiado.—
HHD 168 (1893)
.
Tranquilos y amables, no importa qué ocurra
—Siempre ha-
brá cosas que molesten, que causen perplejidad y pongan a prueba
la paciencia... Debemos estar preparados para esto y no ponernos
nerviosos ni perder el equilibrio. Debemos mantenernos tranquilos y
amables, no importa qué ocurra... Siempre debemos tener en cuenta
que estamos tratando con hombres y mujeres cuyas mentes están
enfermas, y con frecuencia ven las cosas desde un ángulo torcido y,
sin embargo, creen que entienden todo perfectamente.—
Testimonies
for the Church 3:182 (1872)
.
No esperen demasiado
—Los ministros deberían tener cuida-
do de no esperar demasiado de gente que todavía está andando a
tientas en las tinieblas del error... Deberían ser pacientes y sabios al
tratar con las mentes, recordando cuán diversas son las circunstan-
cias que han contribuido a desarrollar esos diferentes rasgos en los
individuos.—
Testimonies for the Church 4:262 (1876)
.
Atmósfera de paz
—La primerísima obra que tienen que hacer,
mis hermanos, es asegurarse de que la bendición de Dios está en
sus corazones. Entonces lleven esa bendición a sus hogares, dejen
a un lado la crítica, venzan sus modales exigentes, y dejen que
prevalezca una actitud de alegría y amabilidad. Así, llevarán a la
oficina la atmósfera del hogar, y la paz del cielo envolverá sus almas.
Doquiera reina el amor de Jesús, hay piadosa ternura y consideración
por los demás. La más preciosa tarea a la que pueden dedicarse mis
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hermanos es la de cultivar un carácter semejante al de Cristo.—
Testimonies for the Church 5:558, 559 (1889)
.
Conduzcámoslos a la fuente de agua viva
—El que trate de
aplacar su sed en las fuentes de este mundo, bebe tan sólo para tener
sed otra vez. Por todas partes, hay hombres que no están satisfechos.
Anhelan algo que supla la necesidad del alma. Un solo Ser puede
satisfacer esta necesidad y dar al mundo lo que necesita: “el Deseado