Página 37 - Mente, C

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La mente y la salud
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habitación. Estas víctimas de una imaginación enfermiza se confinan
dentro de la casa y cierran las ventanas, porque el aire les afecta los
pulmones y la cabeza. La imaginación es activa; esperan resfriarse y
lo consiguen. No importa cuánto se razone con ellos, no podrán creer
que no comprenden la filosofía que se refiere a todo este asunto.
¿Acaso no lo han comprobado ellos mismos? Ese será su argumento.
Es verdad que han comprobado un aspecto del asunto al persistir
en su propia conducta, pero la verdad es que se resfrían aunque se
expongan muy poco al aire. Tiernos como bebés, no soportan nada;
pero siguen viviendo, y siguen cerrando las ventanas y las puertas, y
dando vueltas alrededor de la estufa y disfrutando de su miseria.
Ciertamente han comprobado que su conducta no les ha hecho
ningún bien, sino que ha aumentado sus dificultades. ¿Por qué los
tales no permiten que la razón ejerza su influencia sobre el juicio y
controle la imaginación? ¿Por qué no probar la conducta opuesta y
con buen criterio hacer ejercicio al aire libre?—
Testimonies for the
Church 2:523-525 (1870)
.
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La mente restringe la circulación (consejo a una persona
tímida)
—Al mantenerse en la idea de que un baño le causará perjui-
cio, la impresión mental se comunica a todos los nervios del cuerpo.
Los nervios controlan la circulación de la sangre; por eso la sangre,
como resultado de la impresión de la mente, queda confinada en los
vasos sanguíneos, y así se pierden los buenos efectos del baño. Todo
esto ocurre porque la mente y la voluntad impiden que la sangre
fluya libremente y llegue a la superficie para estimular, despertar y
promover la circulación.
Por ejemplo, Ud. tiene la impresión de que si se baña se va a
enfriar. El cerebro envía esa orden a los nervios del cuerpo, y los
vasos sanguíneos, obedientes a su voluntad, no pueden llevar a cabo
su tarea y producir una reacción después del baño.—
Testimonies for
the Church 3:69, 70 (1872)
.
Frutos de una mente descuidada y soñolienta (consejo a una
joven)
—Ud. tiene una imaginación enfermiza. Se ha creído enferma,
pero eso ha sido más imaginación que realidad. Ud. no ha sido veraz
consigo misma... Daba la impresión de una persona sin espina dorsal.
Se sostenía medio apoyándose en los demás, postura inadecuada
para una dama que está en presencia de otras personas. Si solamente