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Mente, Cáracter y Personalidad 2
lo hubiera pensado, habría caminado tan bien, y se habría sentado
tan erecta como muchos otros.
La condición de su mente la lleva a la indolencia y a temer
el ejercicio, en circunstancias en que éste sería el mejor remedio
para su recuperación. Nunca se sanará, a menos que deponga esa
condición descuidada y soñolienta de su mente, y se levante para
hacer
algo, para trabajar mientras el día dura. Haga algo, mientras
imagina y traza planes. Aparte su mente de los proyectos románticos,
del enfermizo sentimentalismo amoroso, que no eleva, sino que sólo
degrada. No solamente Ud. resulta afectada; otros reciben daño
mediante su ejemplo y su influencia.—
Testimonies for the Church
2:248, 249 (1869)
.
[410]
Salud sacrificada en aras de los sentimientos (consejo a una
mujer de voluntad fuerte)
—Querida -----, Ud. tiene una imagina-
ción enfermiza; y deshonra a Dios al permitir que sus sentimientos
controlen completamente su razón y su juicio. Tiene una voluntad
decidida, y como consecuencia la mente reacciona sobre el cuerpo,
desequilibra la circulación y congestiona ciertos órganos. Ud. está
sacrificando su salud en aras de sus sentimientos.—
Testimonies for
the Church 5:310 (1873)
.
Enfermedad mental producida por lenguas no santificadas
(comentarios acerca del fallecimiento de la esposa de un admi-
nistrador)
—La Hna.-----se sintió tan oprimida por el pesar, que
perdió la razón. Pregunto: ¿Quién, en el día del juicio, será tenido
por responsable de apagar la luz de esa mente que debería estar
iluminando hoy? ¿Quién tendrá que responder en el día de Dios por
la obra que produjo el pesar que a su vez causó esta enfermedad?
Ella sufrió por meses, y su esposo sufrió con ella. Y ahora esa pobre
mujer se ha ido, dejando a dos hijos sin madre. Todo esto como con-
secuencia de la obra hecha por lenguas no santificadas.—
Manuscrito
54, 1904
.
La mente muy exigida perjudica la salud
—Ciertos hermanos
han invertido recursos en derechos de patentes y otras empresas, y
han inducido a interesarse por estas cosas a otros que no pueden
soportar la perplejidad y el cuidado de tales negocios. Sus mentes
ansiosas y recargadas afectan gravemente sus cuerpos ya enfermi-
zos y ceden al abatimiento, que crece hasta llegar a la desespera-
ción. Pierden toda confianza en sí mismos, piensan que Dios los