Página 375 - Mente, C

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Influencias negativas sobre la mente
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Recordemos la fragilidad humana
—En nuestro trato con el
prójimo debemos considerar que ellos tienen las mismas pasiones
que nosotros, que sienten idénticas debilidades y sufren de iguales
tentaciones. Ellos, como nosotros, tienen que luchar con la vida
para mantener su integridad... La verdadera cortesía cristiana une y
perfecciona; la justicia y la cortesía, la misericordia y el amor forman
los sentimientos, dándole al carácter los toques más delicados y los
encantos más agraciados.—
Nuestra Elavada Vocacion, 238 (1870)
.
No levantemos barreras
—El Señor quiere que su pueblo siga
métodos diferentes del de condenar lo malo, aun cuando la conde-
nación sea justa. El quiere que hagamos algo más que lanzar contra
nuestros adversarios acusaciones que no hacen sino alejarlos más
de la verdad. La obra que Cristo vino a hacer en nuestro mundo no
consistía en erigir vallas y echar constantemente en cara a la gente
el hecho de que estaba equivocada. El que quiere llevar la luz a un
pueblo engañado debe acercársele y trabajar por él con amor. Debe
llegar a ser un centro de influencia santa.—
Obreros Evangélicos,
386 (1915)
.
[822]
Venzamos la hipersensibilidad
—Muchas personas tienen una
sensibilidad aguda y no santificada que las mantiene constantemente
alerta en busca de alguna palabra, mirada, o acción que puedan con-
siderar como una falta de respeto y aprecio. Todo esto debe vencerse.
Cada uno debe proseguir adelante en el temor de Dios, haciendo lo
mejor que pueda sin ser perturbado por la alabanza ni ofendido por
la censura, sirviendo a Dios fervientemente, y aprendiendo a inter-
pretar en la forma más favorable todo lo que en los demás parezca
ofensivo.—
Nuestra Elavada Vocacion, 242 (1887)
.
No busquemos ofensas
—Juzgar a nuestros hermanos, permitir-
nos abrigar sentimientos contra ellos, aun cuando pensemos que no
nos han hecho un bien, no traerá bendición a nuestros corazones y
no ayudará en ningún caso. No me atrevo a permitir que mis senti-
mientos se alimenten con todas mis aflicciones, que las repitan una
y otra vez, y que se espacien en la atmósfera de la desconfianza, la
enemistad y la disensión.—
Nuestra Elavada Vocacion, 241 (1888)
.
Pérdida de la integridad consciente
—Cuando perdéis vuestra
integridad consciente, vuestra alma se convierte en un campo de
batalla para Satanás; abrigáis dudas y temores, suficientes para para-