Página 101 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

Las visiones de Ana Phillips
97
Se me ha advertido que éstas ciertamente descarriarán. Llevarán
entretejidas declaraciones que conducirán a extremos y a acciones
equivocadas por parte de quienes las acepten. Nuestros hermanos
harían bien en avanzar con cautela, de acuerdo con la luz que se
les ha dado. Deberían probar las así llamadas visiones antes de
aceptarlas y presentarlas en relación con la luz que Dios me ha dado.
Vi que nuestro pueblo corre el riesgo de cometer graves errores y de
realizar movimientos prematuros. Dios dice acerca de estos profetas
que están surgiendo: “Yo no los he enviado, y sin embargo corren.
No les creáis”.
Pero lo que me aflige es que algunos de nuestros hermanos han
relacionado las manifestaciones de Ana Phillips con los testimonios
de la Hna. White, y han presentado ambos al pueblo como una mis-
ma cosa. Muchos han aceptado la totalidad como si procediera de
mí. Y cuando el resultado de esas manifestaciones se vea en su ver-
dadero carácter, cuando las falsedades se presenten como verdades
de Dios, y las personas obren de acuerdo con esas cosas y crean que
constituyen un mensaje del Señor, se producirán movimientos que
no llevarán las credenciales divinas y se pondrá en duda la verdadera
obra del espíritu de profecía. Y los testimonios que Dios envía al
pueblo llevarán el estigma de esas falsas declaraciones. Esas revela-
ciones constituyen mayormente una repetición de lo que ha estado
al alcance del pueblo durante años en forma impresa; y sin embargo,
mezcladas con ellas hay algunas cosas que extraviarán...
Tengo una advertencia para nuestros hermanos, y es que deben
seguir a su Guía y no adelantarse a Cristo. No se realice ningu-
na obra apresurada en estos tiempos. Cuidado con realizar fuertes
declaraciones que induzcan a las mentes desequilibradas a pensar
que tienen una luz maravillosa procedente de Dios. El que lleva un
mensaje al pueblo de Dios debe ejercer un perfecto control. Siem-
pre debería recordar que la senda de la presunción está muy cerca
de la senda de la fe. En ningún caso debería utilizar expresiones
[104]
extravagantes, porque esto afectará con toda seguridad a una clase
determinada, y pondrá en juego influencias que no podrán ser mejor
controladas que un caballo impetuoso. Permítase por una sola vez
que el impulso y la emoción dominen el juicio sereno, y se tendrá
exceso de velocidad, aun cuando se viaje en un camino correcto. El
que viaje con demasiada velocidad descubrirá que ello es peligroso