Página 125 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La separación del mundo
Queridos hermanos y hermanas,
El propósito de Dios es que la luz de la iglesia aumente, y que
su resplandor crezca cada vez más hasta el día perfecto. Al pueblo
de Dios se le han hecho preciosas promesas con la condición de que
obedezca. Si, como Caleb y Josué, hubierais seguido plenamente
al Señor, él habría magnificado su poder en medio de vosotros.
Los pecadores se habrían convertido y los apóstatas habrían sido
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rescatados gracias a vuestra influencia; e incluso los enemigos de
nuestra fe, aunque podrían oponerse a la verdad y hablar en contra
de ella, no tendrían más remedio que admitir que Dios estaba con
vosotros.
Muchos miembros del profeso pueblo especial de Dios se han
conformado de tal manera al mundo, que su carácter peculiar ya
no se distingue más, y es difícil establecer la diferencia “entre el
que sirve a Dios y el que no le sirve”.
Malaquías 3:18
. Dios haría
grandes cosas por los miembros de su pueblo si salieran del mundo
y se mantuvieran separados. Si se sometieran y se dejaran conducir
por él, haría de ellos motivo de alabanza en toda la tierra. Dice el
Testigo fiel: “Conozco tus obras”.
Apocalipsis 3:15
. Los ángeles
de Dios que sirven a los que han de ser herederos de la salvación,
están al tanto de la condición de todos, y saben cuál es la medida de
fe que posee cada individuo. La incredulidad, el orgullo, la codicia
y el amor al mundo que se han manifestado en los corazones del
profeso pueblo de Dios, han contristado a los ángeles sin pecado.
Cuando han visto que pecados atroces y presuntuosos existen en
los corazones de muchos profesos seguidores de Cristo, y que Dios
ha sido deshonrado por su conducta inconsistente y torcida, se han
puesto a llorar. Y sin embargo, los más culpables, los que provocan
la mayor debilidad en la iglesia y manchan su santa profesión de
fe, aparentemente no están ni alarmados ni convencidos; por lo
contrario, pareciera que creen que están floreciendo en el Señor.
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