Página 126 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
Muchos creen que están basados en el fundamento correcto,
que tienen la verdad; se regocijan por su claridad y se jactan de los
poderosos argumentos que prueban lo correcto de nuestra posición.
Los tales se cuentan entre el pueblo escogido y peculiar de Dios, sin
experimentar su presencia ni su poder para salvar del sometimiento a
la tentación y a la insensatez. Profesan conocer a Dios, pero sus obras
lo niegan. ¡Cuán grandes son sus tinieblas! El amor del mundo en
muchos, el engaño de las riquezas en otros, han ahogado la Palabra
y la han vuelto infructuosa.
Se me mostró que la Iglesia de _____ había participado del espí-
ritu del mundo y se había vuelto tibia en grado alarmante. Cuando se
hagan esfuerzos para poner las cosas en orden en la iglesia, y traer a
la gente al lugar que Dios desea que ocupe, algunos experimentarán
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los efectos de esa tarea, y harán esfuerzos sinceros para salir de
las tinieblas y llegar a la luz. Pero muchos no perseveran en sus
esfuerzos suficientemente como para darse cuenta de la influencia
santificadora de la verdad sobre sus corazones y vidas. Los cuidados
del mundo embotan la mente a tal punto que se descuidan el escudri-
ñamiento del corazón y la oración. Deponen la armadura, y Satanás
tiene libre acceso a ellos, anubla su sensibilidad y les impide darse
cuenta de sus tretas.
Algunos no desean saber cuál es su verdadera condición para
escapar de las trampas de Satanás. Están enfermos y moribundos.
De vez en cuando reciben el calor del fuego de los demás, pero están
tan helados por la formalidad, el orgullo y la influencia del mundo,
que no tienen noción de su necesidad de ayuda.
Muchos son deficientes en espiritualidad y en las gracias cristia-
nas. El peso de una solemne responsabilidad debería reposar cada
día sobre ellos al darse cuenta de los tiempos peligrosos en que
estamos viviendo, y de las influencias corruptoras que están bullen-
do en torno de nosotros. Su única esperanza de ser participantes
de la naturaleza divina consiste en huir de la corrupción que hay
en el mundo. Estos hermanos necesitan una profunda y completa
experiencia en las cosas de Dios, y podrán obtenerla mediante un
esfuerzo de su parte. Su condición requiere de ellos que apliquen
una sincera y persistente diligencia, para que no se los encuentre
durmiendo en su puesto. Satanás y sus ángeles no duermen.