Página 140 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

El caso de Ana More
En el caso de la Hna. More se me mostró que el descuido a
que se la sometió equivalió a descuidar a Jesús en la persona de
ella. Si el Hijo de Dios hubiera aparecido en la forma humilde y
discreta que lo caracterizó mientras viajaba de lugar en lugar cuando
estuvo aquí en la tierra, no habría tenido una recepción mejor. Lo
que se necesita es el profundo principio de amor que se hallaba
en el seno del humilde Hombre del Calvario. Si la iglesia hubiera
vivido en la luz, habría apreciado a esta humilde misionera cuyo
ser entero rebosaba del anhelo de participar en el servicio de su
[128]
Maestro. Incluso su interés tan sincero fue malinterpretado. Su
aspecto exterior no era exactamente lo que podría haber inspirado
la aprobación del ojo habituado al buen gusto a la moda; porque
su habituación a la estricta economía y la pobreza había dejado su
huella en su atuendo. El dinero que ganaba con trabajo muy árduo lo
gastaba tan rápidamente como lo ganaba en beneficio de los demás,
para dar la luz a los que esperaba conducir a la cruz de la verdad.
Incluso la así llamada iglesia de Cristo, con sus exaltados pri-
vilegios y su elevada profesión de fe, no pudo distinguir la imagen
de Cristo en esta abnegada hija de Dios, porque sus miembros es-
taban tan lejos de Cristo que no reflejaban su imagen. Juzgaron
por las apariencias externas, y no se tomaron un trabajo especial
para descubrir el adorno interior. Era una mujer cuyos recursos de
conocimiento y genuina experiencia en los misterios de la piedad
excedían a los de cualquiera de los residentes de _____, y cuya
manera de comunicarse con los jóvenes y los niños era agradable,
instructiva y saludable. No era áspera, sino correcta y simpática, y
habría demostrado que era una de las obreras más útiles en el campo
como instructora de los jóvenes, y como compañera y consejera útil
e inteligente para las madres. Podría haber alcanzado los corazones
mediante su presentación sincera y sencilla de los incidentes de su
vida religiosa, que había dedicado al servicio de su Redentor. Si la
iglesia hubiera salido de la oscuridad y el engaño para introducirse
136