Introducción
Mis hermanos y hermanas difícilmente habrán esperado que este
número de los
Testimonios
apareciera tan pronto. Pero tenía a mano
varios testimonios personales, algunos de los cuales aparecen en las
páginas siguientes. Y no conozco manera mejor de presentar mis
opiniones acerca de peligros y errores de naturaleza general, y el
deber de todos los que aman a Dios y guardan sus mandamientos,
que mediante la entrega de estos testimonios. Probablemente no
haya una manera más directa y eficaz de presentar lo que el Señor
me ha mostrado.
Me pareció importante que el
Testimonio
n
o
14 llegara a manos
de ustedes algunos días antes del comienzo del congreso de la Aso-
ciación General. Por eso ese número fue enviado apresuradamente
a la prensa, antes de que yo dispusiera de tiempo para preparar al-
gunos asuntos importantes relacionados con él. En efecto, no hubo
posibilidad de introducir este asunto en el n
o
14. Por lo tanto, al
disponer de material suficiente para el n
o
15, se los presento con la
oración de que la bendición de Dios lo acompañe en beneficio de su
amado pueblo.
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