Página 174 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El orgullo en los jóvenes
Querida Hna. O,
Tenía la intención de conversar con usted antes de salir de __-
___, pero muchas cosas me lo impidieron. Le escribo sin muchas
esperanzas de que esta carta produzca algún cambio especial en su
conducta en lo que a su experiencia religiosa se refiere.
Me he sentido muy triste con respecto a usted. En las reuniones
que celebramos en _____, me refería a principios generales y traté
de alcanzar los corazones mediante un testimonio que esperaba pro-
dujera un cambio en su vida religiosa. He tratado de escribir, como
en el
Testimonio n
o
12
, respecto de los peligros que enfrenta la ju-
ventud. Esa visión me fue dada en Róchester. Allí se me mostró que
se había cometido un error en su educación a partir de su infancia.
Sus padres creían entonces, y se lo dijeron, que usted era cristiana
por naturaleza. Sus hermanas manifestaban un amor por usted que
más se parecía a la idolatría que a la santificación. Sus padres tenían
un amor no santificado por sus hijos, que no les permitía ver sus
defectos. A veces, cuando se sublevaban un poquito, las cosas fueron
diferentes. Pero usted ha sido mimada y alabada, hasta el punto de
que su interés eterno ha sido puesto en peligro.
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Vi que usted no se conocía a sí misma. Posee una especie de
justicia propia que la sume en el engaño con respecto a sus logros
espirituales. A veces ha experimentado algo de la influencia del
Espíritu de Dios. Pero no sabe nada de la transformación que se
produce por la renovación del entendimiento. “No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta”.
Romanos 12:2
. Usted no ha tenido esta
experiencia; por lo tanto, no tiene ancla. No es cristiana; pero se le
ha dicho toda la vida que es cristiana por naturaleza. Ha dado por
sentado que andaba bien, en circunstancias que estaba muy lejos
de ser aceptada por Dios. Este engaño se ha ido desarrollando al
mismo tiempo que usted iba creciendo, y se ha fortalecido a medida
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