Página 178 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
de él, de su experiencia, de sus pruebas, de su vida de abnegación y
sacrificio. Su propia justicia, que tanto valora, es semejante a trapos
inmundos. Cristo, el amado Maestro, dice: “Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.
Mateo
16:24
. Sí, sígalo tanto en los buenos momentos como en los malos.
Sígalo al amistarse con los más necesitados y desamparados. Sígalo
al olvidarse de sí misma, y al abundar en actos de abnegación y
sacrificio en beneficio de los demás; al no responder a la injuria
con injuria; al manifestar amor y compasión por la raza caída. El
no consideró preciosa su vida: la dio por todos nosotros. Sígalo
desde el humilde pesebre hasta la cruz. El fue nuestro Ejemplo.
Le dice que si quiere ser su discípula debe tomar la cruz, esa cruz
despreciada, y seguirlo. ¿Puede beber de la copa? ¿Puede participar
de ese bautismo?
Las acciones de ustedes dan testimonio de que son ajenas a
Cristo. “¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua
dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir
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aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar
agua salada y dulce. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os
jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde
hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
Porque la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de
buenos frutos,
sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en
paz para aquellos que hacen la paz”.
Santiago 3:11-18
.
Aquí se enumeran los frutos que son evidencias palpables de
que quien ha estado caminando en el vigor de la vida ha experimen-
tado un cambio, tan notable ciertamente que se le compara con la
muerte. ¡De la vida activa a la muerte! ¡Qué figura notable! Si no
han experimentado esa transformación, no descansen. Busquen al
Señor con todo el corazón. Hagan de esto el asunto más importante
de sus vidas.
Tienen que rendir cuenta por el bien que podrían haber hecho
en el curso de sus vidas si hubieran ocupado el lugar que Dios les
había asignado, para lo cual él había hecho amplia provisión. Pero