Página 242 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
no necesita preocuparse en hacerlo bien. Si lo hace, reduce a broma
sus responsabilidades morales y desprecia el día de las cosas peque-
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ñas. El Cielo adjudica a todos su respectiva obra y la ambición de
cada cual debería ser hacerla bien, de acuerdo con sus capacidades.
Dios requiere que todos, desde el más débil hasta el más fuerte, haga
la obra que se le asignó. El interés que se espera está en proporción
con la cantidad confiada.
Cada cual debería hacer diligentemente y con interés su propia
obra, dejando a los demás a cargo de su Maestro, para levantamiento
o para caída. Hay demasiados entremetidos en _____, demasiados
interesados en vigilar a sus hermanos, y por esa razón están siempre
débiles. Dan testimonio en las reuniones, y como no tienen a Jesús
en sus corazones para confesarlo, tratan de decirle a sus hermanos
cuál es su deber. Estas pobres almas no saben cuál es su propio
deber, y sin embargo asumen la responsabilidad de iluminar a otros
con respecto a lo que tienen que hacer. Si los tales hicieran su propio
trabajo, y lograran que la gracia de Dios estuviera en sus corazones,
se manifestaría en la iglesia un poder que ahora falta.
Hno. J: usted puede hacer el bien. Tiene buen juicio y Dios lo está
conduciendo de las tinieblas a su luz. Use sus talentos para gloria de
Dios. Llévelos a los banqueros para que cuando el Maestro regrese
reciba lo suyo con usura. Aparte sus sarmientos de las cosas triviales
de la tierra, y levántelos para que se entrelacen en Dios. La salvación
de las almas es mucho más importante que todo el mundo. Un
alma salvada para vivir durante todas las edades de la eternidad, para
alabar a Dios y al Cordero, es de más valor que millones en cualquier
moneda. Las riquezas se hunden en la insignificancia cuando se las
compara con el valor de las almas por las cuales Cristo murió. Usted
es un hombre cauteloso y no va a tomar ninguna medida precipitada.
Haga sacrificios en favor de la verdad, y vuélvase rico en Dios.
Quiera Dios ayudarle a avanzar tan rápidamente como le resulte
posible, y a darle a las cosas eternas el valor que realmente tienen.
Sus hijos necesitan que la gracia haga una obra más profunda
en sus corazones. Necesitan fomentar la sobriedad y la solidez de
carácter. Si estuvieran consagrados a Dios, podrían hacer el bien, y
ejercer una influencia salvadora sobre sus compañeros.
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No permitamos que los pobres crean que no tienen nada que
hacer porque no tienen la riqueza de sus hermanos. Pueden hacer