Página 248 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

244
Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
pensamientos y sentimientos para que todas sus obras sean hechas
en Dios.
Usted ha estado sumida en un triste engaño. Dios habría querido
que escudriñara íntimamente cada pensamiento y propósito de su
corazón. Sea leal con su propia alma. Si sus afectos hubieran estado
concentrados en Dios, como él lo pide, no habría pasado por las
pruebas que le sobrevinieron. Hay una inquietud de espíritu en usted
que no se va a aliviar hasta que sus pensamientos cambien; hasta
que termine eso de soñar despierta y edificar castillos imaginarios, y
se ponga a hacer el trabajo que hay que hacer ahora mismo.
Cuando escriba cartas, deje a un lado eso de formar parejas y
tejer conjeturas acerca de los matrimonios de sus amigos. La rela-
ción matrimonial es santa, pero en esta época degenerada sirve de
[228]
manto a toda clase de vilezas. Se ha abusado de esta institución, y se
la ha convertido en un crimen que forma parte de las señales de los
últimos días, tal como los casamientos realizados antes del diluvio
llegaron a ser un crimen también. Satanás está constantemente ocu-
pado en apurar a los jóvenes inexpertos para que formen alianzas
matrimoniales. Pero mientras menos nos gloriamos en los matrimo-
nios que se están celebrando últimamente, mejor será. Cuando se
comprende la naturaleza sagrada de los requerimientos del matri-
monio, aun ahora recibe la aprobación del Cielo, y brinda felicidad
a ambos miembros de la pareja, y Dios es glorificado. Quiera Dios
darle capacidad para hacer la obra que está delante de usted.
Estoy por escribir acerca de esta obra errónea y engañosa que se
está llevando a cabo bajo el manto de la religión. La concupiscencia
de la carne ejerce dominio sobre hombres y mujeres. La mente ha
sido depravada como resultado de la perversión de los pensamientos
y sentimientos, pero el poder engañoso de Satanás ha enceguecido
de tal manera los ojos, que estas pobres almas seducidas se adulan
a sí mismas con la idea de que poseen mentes espirituales, que son
especialmente consagradas, en circunstancias que su experiencia
religiosa está compuesta de un sentimentalismo enfermizo más que
de pureza, verdadera bondad y humildad de alma; la mente no se
aparta del yo, no se ejercita ni se eleva al bendecir a los demás, al
realizar buenas obras. “La religión pura y sin mácula delante de
Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo”.
Santiago 1:27
.