Página 288 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
alejado de él; a pesar de eso él le recibirá ahora. Sí, la Majestad
del cielo le invita a acudir a él, para que reciba vida. Cristo está
dispuesto a limpiarlo del pecado cuando lo acepte. ¿Qué ganancia
ha encontrado en el servicio del pecado? ¿Qué le ha aprovechado
seguir la carne y el diablo? ¿No es miserable el salario que recibió?
¡Oh, vuelva, vuelva! ¿por qué habría de morir?
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Usted ha sentido muchas convicciones y remordimientos de con-
ciencia. Ha manifestado muchos propósitos y formulado incontables
promesas; y sin embargo, se demora, y no quiere recibir a Cristo a fin
de recibir vida. ¡Ojalá que en su corazón se grabe la comprensión del
tiempo en que vivimos para que vuelva y viva! ¿No puede usted oír
la voz del fiel pastor en este mensaje? ¿Cómo puede usted desobe-
decer? No juegue con Dios, no sea que lo abandone a sus tortuosos
caminos. Para usted es asunto de vida o muerte. ¿Cuál escogerá?
Es cosa terrible contender con Dios y resistir a sus súplicas. Puede
sentir arder el amor de Dios en el altar de su corazón, como lo sintió
una vez. Puede comulgar con Dios como en tiempos pasados. Si
limpia su camino, puede volver a disfrutar las riquezas de su gracia,
y su rostro expresará nuevamente su amor.
No se requiere de usted que se confiese ante aquellos que no
conocen su pecado y sus errores. No es su deber publicar una confe-
sión que haga triunfar a los incrédulos; debe confesarse ante quienes
corresponde, ante los que no se aprovecharán de sus yerros. Confié-
sese de acuerdo con la Palabra de Dios, y permita que sus prójimos
oren por usted y Dios aceptará su obra y le sanará. Por amor de su
alma, escuche las súplicas que le instan a hacer una obra cabal para
la eternidad. Ponga a un lado su orgullo, su vanidad y haga lo recto.
Vuelva al redil. El Pastor le aguarda y le recibirá. Arrepiéntase, haga
sus primeras obras, y vuelva a gozar del amor de Dios.
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