Página 381 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La sensualidad en los jóvenes
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en su experiencia. No pueden consentir en velar y orar, en vivir para
Dios y solamente para él. Es más agradable vivir obedeciendo al yo.
La iglesia de _____ se ha descarriado en gran manera y no
pueden soñar con prosperar hasta que los que toman el nombre de
Cristo pongan cuidado en apartarse de toda iniquidad, hasta que
aprendan a rechazar el mal y elegir el bien. Se nos manda que
velemos y oremos sin cesar; pues hay una trampa preparada en
nuestro camino, y nos encontramos con alguna maquinación de
Satanás cuando y donde menos lo esperamos. Si en ese preciso
momento no estamos velando en oración seremos tomados por el
enemigo y estaremos completamente perdidos.
¡Qué responsabilidad recae sobre vosotros como padres! ¡Cuán
poco habéis sentido el peso de esta carga! Un corazón orgulloso, el
amor a la ostentación y la complacencia del apetito han ocupado
vuestras mentes. Estas cosas han ocupado el primer lugar y no
habéis percibido la llegada del enemigo. Ha plantado su bandera en
vuestro hogar y ha grabado su detestable imagen en los caracteres
de vuestros hijos. Pero vosotros estabais tan enceguecidos por el
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dios de este mundo, tan sordos a las cosas espirituales y divinas,
que no podíais discernir la ventaja que Satanás había ganado ni sus
maniobras justamente en vuestra familia.
Habéis traído al mundo a hijos que no han sido consultados
en cuanto a su existencia. Os habéis hecho responsables en gran
medida por su felicidad futura, su bienestar eterno. Lleváis la res-
ponsabilidad, seáis conscientes de ella o no, de educar a estos hijos
para Dios, de vigilar con celoso cuidado si se aproxima el artero
enemigo y estar preparados para levantar un estandarte en contra
de él. Construid una fortaleza de oración y fe alrededor de vuestros
hijos, y ejercitad una vigilancia en ella. Nunca estáis seguros en
contra de los ataques de Satanás. No tenéis tiempo para descansar
del trabajo vigilante y serio. No debierais dormir ni un momento
en vuestro puesto. Esta es una guerra extremadamente importante.
Tiene consecuencias eternas. Es la vida o la muerte de vosotros
y vuestra familia. Vuestra única seguridad es quebrantar vuestros
corazones delante de Dios y buscar el reino de los cielos como niños
pequeños. No podéis ser vencedores en esta lucha si continuáis por
la senda que habéis transitado. No estáis cerca del reino de los cielos.