Página 394 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
objetarse. Muchos piensan que, si no comen carne y los alimentos
más vulgares, pueden ingerir alimentos sencillos hasta hartarse. Esto
es un error. Muchos profesos partidarios de la reforma pro salud no
son nada más que glotones. Colocan en los órganos digestivos una
carga tan grande que agota la vitalidad del organismo en el esfuerzo
de digerirla. También tiene una influencia depresiva en el intelecto,
pues se requiere la energía nerviosa del cerebro para ayudar al es-
tómago en su obra. El comer en exceso aun de los alimentos más
sencillos, entumece los delicados nervios del cerebro y debilita su
vitalidad. El comer en demasía tiene un efecto peor sobre el organis-
mo que el trabajar en exceso; la intemperancia en el comer postra
más efectivamente las energías del alma que la intemperancia en el
trabajo.
Los órganos digestivos nunca debieran recargarse con una canti-
dad o calidad de alimentos que le será difícil digerir. Todo lo que se
ingiere en mayor cantidad que la que el organismo pueda usar para
convertir en buena sangre, obstruye la maquinaria; pues no puede
convertirse ni en músculo ni en sangre, y su presencia recarga el
hígado y enferma el organismo. El estómago trabaja en exceso en
su esfuerzo por digerir estos alimentos y luego hay una sensación
de languidez, que se interpreta como apetito; y sin permitir que los
órganos digestivos se tomen tiempo para descansar de su duro traba-
jo, y reponer energías, se ingiere otra cantidad exagerada, y se pone
nuevamente en movimiento la agotada maquinaria. El organismo
se nutre más deficientemente ingiriendo demasiada cantidad de ali-
mentos, aunque sean de buena calidad, que ingiriendo una cantidad
moderada en períodos regulares.
Hermano mío, su cerebro está entumecido. Un hombre que in-
giere la cantidad de alimentos que usted ingiere debiera ocuparse en
un trabajo físico. El ejercicio es importante para la digestión y para
la salud del cuerpo y la mente. Usted necesita ejercicio físico. Se
mueve y actúa como si fuera de madera, como si no fuera ágil. Lo
que usted necesita es un ejercicio saludable y activo. Esto fortalecerá
su mente. No se debiera estudiar ni practicar un ejercicio violento
inmediatamente después de una comida completa; esto sería una
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violación de las leyes del organismo. Inmediatamente después de
comer la energía nerviosa está sobrecargada. La energía del cerebro
debe tomar una parte activa ayudando al estómago; por consiguien-