Página 393 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El verdadero amor en el hogar
Hermano M,
Se me mostró en el Centro Adams que usted no dio muestras
de un espíritu generoso mientras estuvo en el Instituto; no ejerció
la influencia que debiera haber ejercido. Podía haber hecho que la
luz brillara allí; pero no lo hizo así. A menudo descuidaba sus obli-
gaciones por ir en pos de las diversiones. Usted fracasó en atender
y llevar adelante sus responsabilidades. No disfruta del ejercicio
activo. Le complace su comodidad; usted y el trabajo intenso están
en desacuerdo. Esto es egoísta. Permitió que el Instituto se dete-
riorara y destruyera, cuando era su misión hacer que se mantuviera
en buen estado, y que todo estuviera en orden y se preservara, con
mayor interés y cuidado que si fuera suyo y propio. Usted fue un
mayordomo infiel. Cada vez que usted se permitía tomar parte en
diversiones, jugando croquet o algo parecido, estaba usando tiempo
por el cual se le pagaba y que no le pertenecía. Su situación hubiera
sido tan inexcusable si hubiese tomado dinero que no había ganado
y se hubiera apropiado de él.
Los hermanos Loughborough, Andrews, Aldrich, y otros no lo
conocían. Lo estimaban a usted demasiado. Usted no podía ocupar el
lugar para el que lo emplearon. Utilizaron un criterio errado cuando
le pagaron un precio tan alto por su trabajo. Usted no ganaba el
dinero que recibía. Era muy lento y le faltaba mucha energía. No
ponía el interés suficiente en su trabajo y no estaba alerta para ver y
hacer lo necesario, y descuidó terriblemente las cosas.
Hermano mío, usted está alejado de Dios; se está descarriando.
No posee un noble valor moral. Usted se rinde ante sus propios
deseos en lugar de negar el yo. Al buscar la felicidad, ha asistido a
lugares de diversión que Dios no aprueba, y al hacer esto ha debili-
tado su propia alma. Hermano mío, usted tiene mucho que aprender.
Complace su apetito al ingerir más alimentos que losque su orga-
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nismo puede convertir en sangre. Es un pecado ser intemperante en
la cantidad de alimentos ingeridos, aun cuando la calidad no pueda
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