Página 396 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
y aristocráticos. Ella en buena medida comparte estos razgos de
carácter. No es exprésiva. No es natural en ella acercarse y manifestar
afecto. Considera que la manifestación del afecto entre el esposo y
la esposa son debilidades y niñerías. Tiene la sensación de que si
favoreciera la expresión del afecto, no se le respondería con un amor
refinado y elevado, sino con sentimientos de un orden inferior; que
estos se fortalecerían, en vez del amor puro, profundo y santo.
Su esposa debiera hacer grandes esfuerzos para salir de su retraí-
da y decorosa reserva, y cultivar la sencillez en todas sus acciones.
Y cuando se despierten en usted las facultades más elevadas, y se
fortalezcan por el ejercicio, comprenderá mejor las necesidades de
las mujeres; comprenderá que el alma anhela un amor de una clase
más elevada, más pura que la de los bajos instintos animales. Estas
pasiones se han fortalecido en usted porque usted las ha favorecido
y ejercitado. Si ahora en el temor de Dios usted mantiene el cuerpo
en sujeción, y se acerca a su esposa con un amor puro y elevado, sus
necesidades se verán satisfechas. Acéptela en su corazón; téngala en
alta estima.
Usted se ha exaltado y se ha colocado por encima de su espo-
sa. No conoce su mal condición. Usted ha tenido en alta estima su
experiencia religiosa y su progreso en la vida religiosa. Estas cosas
han sido un obstáculo para su esposa, en vez de ayudarla. Ella le
temía, temía que usted realmente no se conociera a sí mismo, y que
iría demasiado rápido. Vuestra unión no ha sido feliz. No se han
adaptado el uno al otro. Su esposa tiene un temperamento tímido,
temeroso y retraído. Usted ha fracasado completamente en enten-
derla. Ella duda y teme actuar por temor a extralimitarse. Necesita
tener confianza en sí misma y debiera tratar de independizarse.
Hermano M, usted no logra fomentar la confianza de su esposa.
Le falta cortesía y consideración constante y bondadosa por ella.
Usted a veces le manifiesta amor, pero es un amor egoísta.
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No es un principio en usted, que alcance a lo profundo de sus
acciones y las subyuga. No es un amor generoso, que lo inste a
preocuparse por ella y a interesarse en tenerla cerca, mostrándole
que prefiere su compañía a la de los demás. Usted ha ido en busca
de diversiones, dejándola en casa sola y frecuentemente triste. Usted
siguió este proceder antes de mudarse a este lugar y ha continuado