Página 397 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El verdadero amor en el hogar
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de este modo desde entonces, aunque en menor grado por faltarle la
oportunidad o no encontrar excusas.
Su esposa rehusaría dejarle ver que ella observó sus deficiencias.
Ella le teme. Si usted hubiera poseído un amor genuino, como el
que requiere un temperamento como el de ella, hubiera encontrado
una actitud favorable en su corazón. Usted es demasiado frío y
formal. A veces le ha manifestado afecto, pero no ha despertado
su amor a cambio de él porque usted no ha sido cortés y atento, y
no ha demostrado amorosa consideración por su esposa, ni se ha
interesado en su felicidad. Demasiadas veces usted se ha sentido
libre para salir de paseo en busca de su propio placer sin consultar
para nada el de ella o su felicidad.
El amor puro y verdadero es precioso. Ejerce influencia celestial.
Es profundo y constante. No es espasmódico en sus manifestaciones.
No es pasión egoísta. Lleva fruto. Lo llevará a esforzarse constan-
temente por hacer feliz a su esposa. Si usted tiene este amor, le
resultará natural hacer este esfuerzo. No le parecerá forzado. Si sale
a dar un paseo o para asistir a una reunión le resultará muy natural
elegir a su esposa para que lo acompañe y tratar de hacerla feliz
con su compañía. Usted considera que su espiritualidad es inferior
a la suya, pero ví que Dios se complace más con el espíritu de ella
que con el suyo. Usted no es digno de su esposa. Ella es demasiado
buena para usted. Ella es una planta delicada y sensible; necesita que
se la cuide con ternura. Ella desea sinceramente hacer la voluntad
de Dios. Pero tiene un espíritu orgulloso, es tímida y trata de evitar
el reproche. Es tremendo para ella que se le haga una observación
o indicación. Ame, honre, y halague a su esposa, en cumplimien-
to del voto matrimonial, y ella saldrá de esa posición reticente y
desconfiada que le es natural.
Dejad que una mujer se dé cuenta de que su esposo la aprecia y de
que es preciosa para él, no simplemente porque es útil y conveniente
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en la casa, sino porque es una parte de él mismo, y ella responderá a
su afecto y reflejará el amor que se le brinda. Haga que su esposa sea
el objeto de su atención especial y sincera. Cuando sus sentimientos
sean los que Dios requiere, usted se sentirá perdido sin la presencia
de su esposa. Usted piensa que la fe de ella no tiene valor, sin
embargo responderá antes que la fe que usted posee.