Página 633 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La transferencia de tesoros terrenales
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hacia atrás en su pasado y considere cuán pobre es en actos buenos,
nobles y generosos. Usted ha hablado de la verdad, pero no la ha
vivido. Su vida no ha sido elevada y santificada, sino que ha estado
caracterizada por el egoísmo y la avaricia. Usted se ha servido a sí
mismo fielmente. Es tiempo de que cambie de proceder y trabaje
con diligencia para asegurarse el tesoro celestial.
Usted ha perdido mucho que nunca podrá recuperar. No apro-
vechó las oportunidades para hacer el bien, y su infidelidad ha sido
registrada en los libros del cielo. La vida de Cristo fue caracterizada
por la abnegación, el renunciamiento y la benevolencia desinteresa-
da. Usted no tiene una visión correcta de la preparación necesaria
para el reino de Dios. Sus ideas son demasiado mezquinas. Hablar es
barato, no cuesta mucho. Las obras, los frutos determinan el carácter
del árbol. ¿Qué frutos ha dado usted? El apóstol Santiago exhorta a
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sus hermanos: “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice
que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano
o hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento
de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y
saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,
¿de qué aprovecha?”
Santiago 2:14-16
. Sus buenos deseos, hermano
mío, no satisfarán las necesidades. Las obras deben testificar de la
sinceridad de su simpatía y amor. ¿Cuántas veces ha cumplido usted
el ejemplo anterior al pie de la letra?
Usted tiene muy buen concepto de sí mismo, sin embargo tiene
una obra que hacer que ningún otro hombre puede hacer por usted.
Debe cambiar su carácter, debe haber una transformación de su ser
entero. Usted ama la verdad en palabra, pero no en obra. Ama al
Señor un poco, pero ama más a sus riquezas. ¿Le diría el Maestro, si
lo encontrara como se haya usted ahora: “Bien, buen siervo y fiel;...
entra en el gozo de tu Señor?” ¿A qué gozo se refiere aquí? “El cual
por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Hebreos 12:2
. El
gozo puesto delante de Jesús fue el de ver almas redimidas por el
sacrificio de su gloria, su honor, sus riquezas y su propia vida. La
salvación del hombre era su gozo. Cuando todos los redimidos estén
reunidos en el reino de Dios, él verá el fruto de la aflicción de su
alma, y quedará satisfecho.