Página 76 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Amor por los que yerran
Se me mostró que mientras la Hna. J y los hermanos K veían
errores en los demás, no hicieron esfuerzos para corregirlos y ayudar
a los que deberían haber ayudado. Los han dejado demasiado solos,
a buena distancia, y han creído que no valía la pena hacer nada
por ellos. Esto no es así. Cometen un error al obrar de esa manera.
Cristo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento”.
Mateo 9:13
. El Señor requiere de nosotros que
ayudemos a los que más lo necesitan. Mientras veían los errores y
fallas de los demás, se ensimismaron demasiado, y han sido suma-
mente egoístas al disfrutar de la verdad. Dios no aprueba el hecho de
que nos sintamos satisfechos con la verdad, sin esfuerzo alguno para
ayudar a fortalecer a los que lo necesitan. No todos estamos hechos
de la misma manera, y muchos no han sido educados correctamen-
te. Su educación ha sido deficiente. Algunos han recibido como
herencia un carácter iracundo, y la educación que recibieron en la
infancia no les enseñó a tener dominio propio. A menudo los celos
y la envidia se hallan unidos a la iracundia. Otros fallan en otros
sentidos. Algunos son deshonestos en sus transacciones comerciales.
Otros gobiernan sus familias arbitrariamente: les gusta dominar. Sus
vidas están lejos de ser correctas. Su educación ha sido totalmente
equivocada. No se les dijo que era pecado someterse a esos rasgos
depravados; por lo tanto, el pecado no les parece tan pecaminoso.
Otros, cuya educación no ha sido tan defectuosa, que han tenido
una preparación mejor, han desarrollado un carácter mucho menos
objetable. La vida cristiana de todos está muy afectada, para bien o
para mal, por su educación anterior.
Jesús, nuestro abogado, está al tanto de todas las circunstancias
que nos rodean, y trata con nosotros de acuerdo con la luz que hemos
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recibido y la situación en medio de la cual nos encontramos. Otros
están en condiciones mucho mejores. Mientras algunos están conti-
nuamente acosados, afligidos y en dificultades por causa de algunos
desgraciados rasgos de carácter, y tienen que luchar con enemigos
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