Página 91 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

Una conciencia violada
Estimado Hno. N,
Me siento obligada por un sentimiento del deber a dirigirle unas
pocas líneas. Me han sido mostradas respecto a su caso algunas cosas
que no me atrevo a callar. Se me señaló que Satanás se aprovechó de
usted porque su esposa no abrazó la verdad. Usted trabó amistad con
una mujer corrupta cuyos pasos llevan al infierno. Ella manifestó
gran simpatía hacia usted por la oposición de su esposa. Como la
serpiente en Edén, hizo fascinantes sus modales. Le convenció de
que a usted lo trataban mal; de que su esposa no apreciaba sus
sentimientos ni retribuía sus afectos y de que al casarse con ella
había cometido un error. Usted llegó hasta a considerar que los
votos matrimoniales de fidelidad vitalicia que lo unían a su esposa,
eran amargas cadenas. Usted buscó simpatía en ese falso ángel que
pronuncia lindas palabras. Le confió a ella lo que únicamente debiera
haber confiado a su esposa a quien se comprometió a amar, honrar y
estimar mientras ambos viviesen. Se olvidó de velar y orar siempre,
no fuera que entrase en tentación. Su alma quedó mancillada por un
delito. Usted manchó el registro que de su vida se lleva en el cielo
con una terrible tacha. Sin embargo, una profunda humillación y
el arrepentimiento delante de Dios serán aceptables. La sangre de
Cristo puede lavar esos pecados.
Usted ha caído en forma terrible. Satanás lo atrajo a su red,
y lo dejó para que se desenredase lo mejor que pudiese. Se ha
visto acosado, perplejo y terriblemente tentado. Lo atormenta una
conciencia culpable. Desconfía de sí mismo, y se imagina que todos
los demás desconfían de usted. Es celoso de sí mismo, y se imagina
que otros sienten celos de usted. No tiene confianza en sí mismo,
y se imagina que sus hermanos no la tienen tampoco. Satanás le
presenta a menudo el pasado, y le dice que de nada vale procurar
vivir la verdad, que el camino es demasiado estrecho para usted
que ha sido vencido; y ahora Satanás se aprovecha de su conducta
pecaminosa para hacerle creer que no hay redención posible.
[83]
87