Página 110 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
Durante años me ha sido dada luz especial acerca de nuestro
deber de no centralizar nuestra obra en las ciudades. El ruido y bulli-
cio que las llenan, las condiciones que en ellas crean los sindicatos
y las huelgas, impedirán nuestra obra. Ciertos hombres tratan de
lograr que los obreros de diferentes oficios se sindiquen. Tal no es el
plan de Dios, sino el de una potencia que de ningún modo debemos
reconocer. La Palabra de Dios se cumple: los malos parecen juntarse
como haces preparados para ser quemados.
Debemos emplear ahora todas las capacidades que se nos han
confiado para dar al mundo el último mensaje de misericordia. En
esta obra debemos conservar nuestra individualidad. No debemos
unirnos a sociedades secretas ni sindicatos. Debemos permanecer
libres en Dios y esperar de Jesús las instrucciones que necesitamos.
Todos nuestros movimientos deben realizarse comprendiendo la
importancia de la obra que debemos hacer para Dios.
* * * * *
Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión,
violencia y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el
fin de la historia del mundo.
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