Página 119 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La centralización
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ricos preparan, inconscientemente, los instrumentos que permitirán
al pueblo de Dios hacer progresar rápidamente su obra.
Se obtendrán propiedades para las instituciones
En diversos lugares se han de comprar propiedades con el fin de
ubicar sanatorios. Nuestros hermanos deben vigilar las ocasiones
de comprar, lejos de las ciudades, propiedades en las que ya haya
edificios y huertos en plena producción. La tierra tiene valor. En
relación con nuestros sanatorios, debería haber terrenos de los que
pequeñas porciones podrían dedicarse a la construcción de casas
para los empleados y las demás personas que se preparen para la
obra médico misionera.
No procuremos tener instituciones gigantescas
Se me ha mostrado repetidas veces que no es prudente erigir
instituciones gigantescas. La mayor obra en favor de las almas no
se hace gracias a la magnitud de una institución. Un sanatorio gi-
gantesco requiere muchos obreros. Y donde se reúnen tantos, es
excesivamente difícil mantener una alta norma de espiritualidad. En
una gran institución, sucede con frecuencia que los puestos de res-
ponsabilidad son desempeñados por obreros que no son espirituales,
que no ejercen prudencia al obrar con aquellos que, si se los tratase
sabiamente, se despertarían, convencerían y convertirían.
No se ha hecho, en cuanto a presentar las Escrituras a los enfer-
mos, ni la cuarta parte de la obra que podría haberse hecho, y que
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se habría efectuado en nuestros sanatorios si los obreros mismos
hubiesen recibido cabal instrucción en lo religioso.
Donde muchos obreros están reunidos en un solo lugar, la admi-
nistración debe tener un nivel espiritual mucho más elevado que el
que con frecuencia ha reinado en nuestros grandes sanatorios.
* * * * *
Podría parecernos que lo mejor sería elegir para nuestros sanato-
rios lugares situados entre los ricos; que esto daría carácter a nuestra
obra y permitiría obtener clientela para nuestras instituciones. Pe-
ro esto no sería sabio. “Jehová mira no lo que el hombre mira.”
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