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Joyas de los Testimonios 3
Estados Unidos para proporcionar alimentos saludables a otros paí-
ses. Se experimentarán muchas dificultades para vender sin pérdidas
financieras las mercaderías importadas....
Es prudente que preparemos alimentos sencillos, baratos y sanos.
Muchos de nuestros hermanos son pobres, y los alimentos sanos
deben proveerse a precios que se los hagan accesibles. El Señor
quiere que los pobres de cualquier país puedan obtener alimentos
sanos y baratos. En muchos lugares se han de establecer industrias
para fabricar esos alimentos. Lo que es una bendición para la obra en
un lugar lo será en otros donde es mucho más difícil obtener dinero.
Dios está obrando en favor de su pueblo. No desea que esté sin
recursos. Lo está haciendo volver al régimen alimenticio original-
mente dado al hombre. Este régimen debe consistir en alimentos
hechos con las materias primas que él proveyó, que son principal-
mente las frutas, los cereales y las oleaginosas, aunque también se
usarán diversos tubérculos.
Las ganancias obtenidas con estos alimentos deben provenir
mayormente del mundo, más bien que de los hijos de Dios, quienes
tienen que sostener su obra, entrar en nuevos campos y establecer
iglesias. Sobre ellos descansa el peso de muchas empresas misione-
ras. No debe imponérseles cargas innecesarias. Para su pueblo, Dios
es un pronto auxilio en todo momento de necesidad.
Deben ejercer mucho cuidado los que preparan recetas para
nuestras revistas de salud. Algunos de los alimentos especialmente
preparados que se fabrican ahora pueden ser mejorados, y nuestros
planes acerca de su uso tendrán que modificarse. Algunos han abu-
sado de las preparaciones a base de nueces. Muchos me han escrito:
“No puedo usar los alimentos oleaginosos; ¿qué usaré en lugar de
carne?” Una noche me pareció estar delante de un grupo de personas
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a quienes explicaba que en la preparación de ciertos alimentos se
incluyen cantidades demasiado copiosas de oleaginosas; que el orga-
nismo no puede asimilarlas cuando se usan como en algunas de las
recetas dadas; y que, si se usaran en menor cantidad, los resultados
serían más satisfactorios.
El Señor desea que los que viven en los países donde se pueden
obtener frutas frescas durante gran parte del año, reconozcan la
bendición que tienen en ellas. Cuanto más dependamos de las frutas
frescas tal como se las saca del árbol, tanto mayor será la bendición.