Página 142 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
empieza siempre por los más cercanos. Hay trabajo misionero que
realizar en cada institución. Desde el director hasta el más humilde
obrero, todos deben sentir su responsabilidad para con los inconver-
sos que haya en su medio. Deben poner por obra los esfuerzos más
celosos para traerlos al Señor. Como resultado de tales esfuerzos,
muchos serán ganados y llegarán a ser fieles y leales en el servicio
de Dios.
Escuelas de obreros
A medida que nuestras casas editoriales tomen a pecho la obra en
los campos misioneros, verán la necesidad de proveer una educación
más amplia y completa a sus obreros. Comprenderán el valor de las
ventajas que poseen para realizar esta tarea, y sentirán la necesidad
de formar obreros capacitados no sólo para mejorar las condiciones
de trabajo en sus propios talleres, sino también para ofrecer ayuda
eficaz a las instituciones fundadas en campos nuevos.
Dios desea que nuestras casas editoriales sean buenas escuelas,
tanto para la instrucción industrial y comercial como en las cosas
espirituales. Los directores y obreros deben recordar constantemente
que Dios exige la perfección en todas las cosas relacionadas con su
servicio. Comprendan esto todos los que entran en nuestras institu-
ciones para recibir instrucción. Dad a todos ocasión de adquirir la
mayor eficiencia posible y de familiarizarse con diferentes ramos
de trabajo. De esta manera, si son llamados a otros campos, tendrán
una preparación completa para llevar varias responsabilidades.
Los aprendices deben formarse de tal manera que después de
haber pasado en la institución el tiempo necesario, puedan desem-
peñar inteligentemente en otra institución los diferentes trabajos de
imprenta, dar impulso a la causa de Dios por el empleo juicioso de
sus energías y comunicar a otros los conocimientos recibidos.
A todos los obreros se les debe dar a comprender que no sólo han
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de prepararse para los ramos comerciales, sino también para llevar
responsabilidades espirituales. Comprenda cada obrero la impor-
tancia que tiene la comunión personal con el Señor, la experiencia
personal de su potencia para salvar. Sean todos ellos educados como
lo eran los jóvenes que frecuentaban las escuelas de los profetas. Sea
su mente amoldada por Dios mediante los recursos que él mismo