Página 143 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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El plan de Dios para nuestras casas editoriales
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proveyó. Todos deben ser instruídos en las cosas de la Biblia; deben
estar arraigados y fundados en los principios de la verdad, a fin de
permanecer en el camino del Señor para obrar en él con justicia y
discernimiento.
Realícense todos los esfuerzos posibles para despertar y estimu-
lar el espíritu misionero. Es necesario que los obreros tengan un
sentido del alto privilegio que Dios les concede de ayudarle en esta
última obra de salvación. Aprenda cada uno a trabajar para salvar a
sus semejantes donde se encuentre; aprendan todos a buscar en la
Palabra de Dios instrucción en todos los ramos del esfuerzo misio-
nero. Entonces, a medida que la Palabra de Dios les sea comunicada,
proporcionará a su mente sugestiones para trabajar de modo que
obtendrán para el Señor los mejores frutos de todas las partes de su
viña.
Por la plenitud de su potencia, Jesús desea corroborar de tal
modo a su pueblo que por su medio el mundo entero quede rodeado
de una atmósfera de gracia. Cuando su pueblo se someta de todo
corazón a Dios, dicho plan quedará realizado. La palabra que el
Señor dirige a los que trabajan en sus instituciones es: “Limpiaos,
los que lleváis los vasos de Jehová.”
Isaías 52:11
. En todas nuestras
instituciones, dé lugar el egoísmo al amor desinteresado y al trabajo
en favor de las almas cercanas y lejanas. Entonces el aceite santo
correrá de los dos olivos en los conductos de oro, y de ellos a los
vasos preparados para recibirlo. Entonces la vida de los obreros de
Cristo será verdaderamente una demostración de las verdades de su
Palabra.
El amor y temor de Dios, el sentido de su bondad y santidad
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serán visibles en cada institución. Una atmósfera de amor y paz
rodeará todos los departamentos. Cada palabra pronunciada, cada
trabajo realizado, tendrá una influencia correspondiente a la del
cielo. Cristo habitará en el hombre y el hombre morará en Cristo. En
todos los trabajos se manifestará el carácter del Dios infinito y no el
del hombre. La influencia divina comunicada por los santos ángeles
impresionará a las mentes puestas en relación con los empleados; y
de cada uno de ellos se desprenderá una fragante influencia.
Cuando estén llamados a entrar en nuevos campos, los obreros
así formados irán como representantes del Salvador, capaces de ser
útiles en su servicio y de comunicar a otros, por el precepto y el