Página 182 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
sí mismos sean gravemente tentados, a fin de que puedan comprender
su incapacidad.
Cuando sobrevienen pruebas; cuando vemos delante de nosotros,
no una gran prosperidad, sino, por el contrario, una situación que
exige algún sacrificio de parte de todos, ¿cómo recibimos las insi-
nuaciones de Satanás de que nos esperan momentos extremadamente
penosos? Si escuchamos lo que él nos sugiere, perderemos nuestra
confianza en Dios. En un tiempo tal, debemos recordar que Dios
cuida siempre de sus instituciones. Debemos considerar la obra que
realizó y las reformas que hizo. Debemos juntar las pruebas de las
bendiciones del cielo, las bendiciones ya recibidas de lo alto, y decir:
“Señor, creemos en ti, en tus siervos y en tu obra. Ponemos nuestra
confianza en ti. La casa editorial te pertenece, y no queremos faltar
ni dejarnos desanimar. Tú nos has honrado poniéndonos en relación
con tu institución; permaneceremos en tu camino para hacer justicia
y juicio; haremos nuestra parte resueltos a permanecer leales a tu
obra.”
Nuestra mayor necesidad
Si nos falta fe en el punto en que nos encontramos cuando se
presentan las dificultades, nos faltará la fe dondequiera que estemos.
Lo que más necesitamos es fe en Dios. Cuando miramos el lado
obscuro de las cosas, perdemos nuestro punto de apoyo en el Señor
Dios de Israel. Cuando abrimos nuestros corazones al temor, la senda
del progreso queda obstruida por la incredulidad. No abriguemos
nunca el sentimiento de que Dios ha abandonado su obra.
No habrá que hablar tanto sin fe, ni imaginar que éste o aquél
estorba la marcha. Id adelante con fe. Confiad en que el Señor
abrirá camino delante de su obra. Entonces hallaréis reposo en
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Cristo. Si cultiváis la fe, si os ponéis en relaciones normales con
Dios, y por oraciones fervientes os identificáis con vuestro deber,
seréis usados por el Espíritu Santo. Los numerosos problemas que
hoy parecen sin solución, podréis resolverlos por vuestra propia
cuenta confiando de continuo en Dios. No es necesario que estéis
en dolorosa incertidumbre, pues vivís bajo la dirección del Espíritu
Santo. Podéis andar y trabajar con confianza.