Página 183 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Fe y valor
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Debemos tener menos fe en lo que podemos hacer, y más fe en
lo que el Señor puede hacer por nosotros, si queremos tener manos
limpias y corazones puros. No es vuestro el trabajo que realizáis; es
de Dios.
Necesitamos más amor, más franqueza, menos sospechas y des-
confianza. Debemos estar menos dispuestos a censurar y acusar.
Esto es lo que ofende gravemente a Dios. El corazón necesita ser
enternecido y subyugado por el amor. El estado de debilidad de
nuestro pueblo proviene del hecho de que sus corazones no son
rectos delante de Dios. El alejamiento de Dios es la causa de las
condiciones difíciles que reinan en nuestras instituciones.
Una fuente de fuerza
No os acongojéis. Mirando las apariencias, quejándoos cuando
se presentan dificultades, dais pruebas de una fe débil y enfermi-
za. Por vuestras palabras y acciones, demostrad, al contrario, que
vuestra fe es invencible. El Señor posee recursos innumerables. El
mundo entero le pertenece. Mirad a Aquel que posee luz, potencia y
capacidad. El bendecirá a todos aquellos que traten de comunicar
luz y amor.
El Señor desea que todos comprendan que su prosperidad está
escondida con él en Cristo; que depende de su humildad, mansedum-
bre, obediencia sin reservas y devoción. Cuando hayan aprendido la
lección que el gran Maestro enseña, cuando sepan morir a sí mismos
y no poner nunca su confianza en el hombre, entonces, cuando le
invoquen, el Señor será para ellos auxilio eficaz en cada dificultad.
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El dirigirá su juicio. Estará a su diestra para aconsejarles y les dirá:
“Este es el camino, andad por él.”
Hablen de fe y valor a los obreros los hermanos que ocupan
puestos de responsabilidad. Echad vuestra red a la derecha del barco,
es decir, del lado de la fe. Mientras dura el tiempo de gracia, mostrad
lo que puede realizar una iglesia consagrada y viva.
El suplirá nuestras necesidades
No comprendemos suficientemente el gran conflicto que pone
frente a frente los ejércitos invisibles de los ángeles buenos y de los