Página 194 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
Actúa en lugar de Cristo
Esta declaración rige para todos los siglos. A la iglesia ha sido
conferido el poder de actuar en lugar de Cristo. Es instrumento de
Dios para la conservación del orden y la disciplina entre su pueblo.
En ella ha delegado el Señor el poder para arreglar todas las cuestio-
nes relativas a su prosperidad, pureza y orden. A ella le incumbe la
responsabilidad de excluir de su comunión a los que no son dignos
de ella, a los que por su conducta anticristiana deshonrarían la ver-
dad. Cuanto haga la iglesia que esté de acuerdo con las indicaciones
dadas en la Palabra de Dios será ratificado en el cielo.
Se presentan asuntos de grave importancia para que los decida
la iglesia. Los ministros de Dios, ordenados por él como guías de su
pueblo, deben, después de hacer su parte, someter todo el asunto a
la iglesia, para que haya unidad en la decisión tomada.
El Señor desea que los que le siguen ejerzan gran cuidado en su
trato mutuo. Han de elevar, restaurar y sanar. Pero no debe haber en
la iglesia negligencia de la debida disciplina. Los miembros han de
considerarse como alumnos en una escuela, y aprender a formar un
carácter digno de su alta vocación. En la iglesia de esta tierra, los
hijos de Dios han de quedar preparados para la gran reunión de la
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iglesia del cielo. Los que vivan aquí en armonía con Cristo pueden
esperar una vida inacabable en la familia de los redimidos.
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El amor de Dios hacia la especie caída es una manifestación
peculiar de amor: un amor nacido de la misericordia; porque todos
los seres humanos son indignos de él. La misericordia implica im-
perfección del objeto hacia el cual se manifiesta. Se debe al pecado
que la misericordia entró en ejercicio activo.
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Es posible que sea necesario realizar mucho trabajo en la for-
mación de su carácter, y que Vd. sea una piedra tosca que debe ser
cortada en perfecta escuadra y pulida antes que pueda ocupar un
lugar en el templo de Dios. No necesita sorprenderse si con martillo
y cincel Dios corta las aristas agudas de su carácter, hasta que Vd.