Página 193 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

Disciplina eclesiástica
189
cómo ellos están de acuerdo en el asunto, tal vez su mente quede
iluminada.
“Y si no oyere a ellos,” ¿qué debe hacerse? ¿Tendrán que asumir
algunas personas de la junta directiva la responsabilidad de des-
pedir de la iglesia al que erró? “Y si no oyere a ellos, dilo
a la
iglesia.”
Mateo 18:17
. Tome la iglesia un acuerdo con respecto a
sus miembros.
“Y si no oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia,
tenle por étnico y publicano.”
Mateo 18:17
. Si él no quiere escuchar
a la iglesia, si rechaza todos los esfuerzos hechos por salvarle, a la
iglesia incumbe la responsabilidad de separarle de su comunión. Su
nombre debe entonces borrarse de los libros.
Ningún dirigente de la iglesia debe aconsejar, ninguna junta
directiva recomendar, ni ninguna iglesia votar que el nombre de
una persona que obra mal sea excluído de los libros de la iglesia,
hasta que se hayan seguido fielmente las instrucciones dadas por
Cristo. Cuando estas instrucciones se hayan cumplido, la iglesia
queda justificada delante de Dios. El mal debe, pues, presentarse tal
cual es, y debe ser suprimido, a fin de que no se propague. La salud y
la pureza de la iglesia deben ser preservadas, para que ella aparezca
delante de Dios sin mancha, revestida del manto de la justicia de
Cristo.
Si el que erró se arrepiente y se somete a la disciplina de Cristo,
se le ha de dar otra oportunidad. Y aun cuando no se arrepienta, aun
cuando quede fuera de la iglesia, los siervos de Dios tienen todavía
[203]
una obra que hacer en su favor. Han de procurar fervientemente
que se arrepienta. Y por grave que haya sido su ofensa, si él cede
a las súplicas del Espíritu Santo y, confesando y abandonando su
pecado, da indicios de arrepentimiento, se le debe perdonar y darle
de nuevo la bienvenida al redil. Sus hermanos deben animarle en el
buen camino, tratándole como quisieran ser tratados si estuviesen en
su lugar, considerándose a sí mismos, no sea que ellos sean tentados
también.
“De cierto os digo—continuó Cristo,—que todo lo que ligareis
en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la
tierra, será desatado en el cielo.”
Mateo 18:18
.