Página 239 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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¿Seremos hallados faltos?
Nuestra situación en el mundo no es lo que debiera ser. Dista-
mos mucho de ser lo que seríamos si nuestra vida cristiana hubiese
estado en armonía con la luz y las ocasiones que se nos depararon,
si desde el principio hubiésemos marchado adelante y siempre hacia
arriba. Si hubiésemos andado en la luz que se nos dió, si hubiésemos
continuado en el conocimiento del Señor, nuestra senda se habría
visto cada vez más iluminada. Pero muchos de los que tuvieron luces
especiales, se conforman tanto con el mundo, que no pueden distin-
guirse ya de los mundanos. No se destacan como pueblo peculiar
escogido por Dios y precioso en sus ojos. Es difícil discernir entre
el que sirve a Dios y el que no le sirve.
La iglesia adventista del séptimo día debe ser pesada en la ba-
lanza del santuario. Será juzgada conforme a las ventajas que haya
recibido. Si su experiencia espiritual no corresponde a los privilegios
que el sacrificio de Cristo le tiene asegurados; si las bendiciones
conferidas no la capacitaron para cumplir la obra que se le confió, se
pronunciará contra ella la sentencia: “Hallada falta.” Será juzgada
según la luz y las ocasiones que le fueron deparadas.
El propósito de Dios para su pueblo
Dios tiene en reserva amor, gozo, paz y un triunfo glorioso para
todos aquellos que le sirven en espíritu y en verdad. Su pueblo que
guarda sus mandamientos debe estar siempre listo para servirle.
Debe recibir una medida siempre mayor de gracia, de poder y del
conocimiento de la obra del Espíritu Santo. Pero muchos de los
hijos de Dios no están listos para recibir los preciosos dones que el
Espíritu de Dios está dispuesto a concederles. No se esfuerzan por
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obtener de lo alto un poder cada vez mayor para que, siendo ricos
en dones celestiales, sean reconocidos como el pueblo peculiar de
Dios, celoso en las buenas obras.
Testimonios para la Iglesia 8:247-251 (1904)
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