Página 25 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La observancia del sábado
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tos del reino cuya marca llevan. Dios nos ha llamado a enarbolar el
estandarte de su sábado pisoteado. ¡Cuán importante es, pues, que
nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del sábado!
Al establecer nuevas iglesias, los ministros deben dar instrucción
cuidadosa en cuanto a la debida observancia del sábado. Debemos
precavernos, no sea que las prácticas flojas que prevalecen entre los
observadores del domingo sean seguidas por aquellos que profesan
observar el santo día de reposo de Dios. La línea de demarcación
debe trazarse clara y distinta entre los que llevan la marca del reino
de Dios y los que llevan la señal del reino de la rebelión.
La preparación para el sábado
El sábado tiene un carácter mucho más sagrado que el que le
atribuyen muchos de los que profesan observarlo. El Señor ha sido
grandemente deshonrado por aquellos que no han guardado el sábado
de acuerdo con el mandamiento, en la letra y en el espíritu. El pide
una reforma en la observancia del sábado.
[20]
Al mismo principio del cuarto mandamiento, el Señor dijo:
“Acordarte has.” Sabía que entre la multitud de cuidados y per-
plejidades, el hombre se vería tentado a excusarse de satisfacer todo
lo requerido por la ley, o se olvidaría de su importancia sagrada. Por
lo tanto dijo: “Acordarte has del día del reposo, para santificarlo.”
Éxodo 20:8
.
Durante toda la semana, debemos recordar el sábado y hacer
preparativos para guardarlo según el mandamiento. No sólo de-
bemos observar el sábado en forma legal. Debemos comprender
su importancia espiritual sobre todas las acciones de nuestra vida.
Todos los que consideren el sábado como una señal entre ellos y
Dios y demuestren que Dios es quien los santifica, representarán los
principios de su gobierno. Pondrán diariamente en práctica las leyes
de su reino. Diariamente rogarán que la santificación del sábado
descanse sobre ellos. Cada día tendrán el compañerismo de Cristo y
ejemplificarán la perfección de su carácter. Cada día su luz brillará
para los demás en sus buenas obras.
En todo lo que pertenece al éxito de la obra de Dios, las primeras
victorias se han de ganar en el hogar. Allí debe empezar la prepara-
ción para el sábado. Recuerden los padres durante toda la semana