Página 253 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Un Dios personal
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ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el
cual asimismo hizo el universo: el cual siendo el resplandor de su
gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las
cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de
nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad
en las alturas, hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto
alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos. Porque ¿a
cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo te he
engendrado? Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo?”
Hebreos 1:1-5
.
Dios es el Padre de Cristo; Cristo es el Hijo de Dios. A Cristo
ha sido dada una posición exaltada. Ha sido hecho igual al Padre.
Todos los consejos de Dios están abiertos para su Hijo.
Jesús dijo a los judíos: “Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro....
No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer
al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo
juntamente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las
cosas que él hace.”
Juan 5:17-20
.
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Aquí, se recalca otra vez la personalidad del Padre y la del Hijo,
y se demuestra la unidad que existe entre ellos.
Esta unidad se expresa también en el
capítulo 17
de Juan, en la
oración de Cristo por sus discípulos:
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una
cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste. Y
yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como
también nosotros somos una cosa. Yo en ellos, y tú en mí, para que
sean consumadamente una cosa; y que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado.”
Juan 17:20-23
.
¡Admirable declaración! La unidad que existe entre Cristo y sus
discípulos no destruye la personalidad de ninguna de las partes. Son
uno en propósito, en mente, en carácter, pero no en persona. Así es
como Dios y Cristo son uno. ...