Página 271 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La crisis final
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esfuerzos reunidos de la iglesia y del estado para compeler a los
hombres, “pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” a
recibir la marca de la bestia, el pueblo de Dios no se someterá. El
profeta de Patmos vió a “los que habían alcanzado la victoria de la
bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre,
estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios” y cantando
el cántico de Moisés, y del Cordero.
Apocalipsis 13:16
;
15:2, 3
.
Pruebas terribles esperan al pueblo de Dios. El espíritu de guerra
agita las naciones desde un cabo de la tierra hasta el otro. Mas a
través del tiempo de angustia que se avecina—un tiempo de angustia
como no lo hubo desde que existe nación,—el pueblo de Dios per-
manecerá inconmovible. Satanás y su ejército no podrán destruirlo,
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porque ángeles poderosos lo protegerán.
* * * * *
Los juicios de Dios
. El Señor está eliminando sus restricciones
de la tierra, y pronto habrá muerte y destrucción, aumento de la
delincuencia, y crueles y malas acciones contra los ricos que se
han ensalzado contra los pobres. Los que no tengan la protección
de Dios no hallarán seguridad en ningún lugar o posición. Los
agentes humanos se adiestran y usan su poder inventivo para poner
en funcionamiento la maquinaria más poderosa para herir y matar
* * * * *
Pronto se producirán entre las naciones graves dificultades, que
no cesarán hasta que venga Cristo. Como nunca antes necesitamos
unirnos para servir a Aquel que ha preparado su trono en los cielos,
y cuyo reino rige sobre todos. Dios no ha abandonado a su pueblo, y
nuestra fuerza estriba en no abandonarle a él.
Los juicios de Dios están en la tierra. Las guerras y los rumores
de guerras, la destrucción por incendios e inundaciones, dicen clara-
mente que el tiempo de angustia, que se ha de intensificar hasta el
fin, está muy cerca
* * * * *
Testimonios para la Iglesia 8:50 (1904)
.
The Review and Herald, 24 de noviembre de 1904
.