Página 290 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

Debe trabajarse con cel
Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder
del Espíritu Santo. El intenso deseo con el cual el Salvador anheló
salvar a los pecadores debe señalar cada uno de sus esfuerzos. La
misericordiosa invitación, hecha primero por el Salvador, debe ser
repetida por voces humanas, y resonar en todo el mundo: “Y el que
quiere, tome del agua de la vida de balde.”
Apocalipsis 22:17
. La
iglesia debe decir “Ven.” Todas las energías de la iglesia deben ser
movilizadas al servicio de Cristo. Los discípulos de Jesús deben
unirse para un esfuerzo enérgico que tenga por objeto llamar la
atención del mundo hacia las profecías de la Palabra de Dios, que
se están cumpliendo rápidamente. La incredulidad y el espiritismo
están adquiriendo sobre el mundo un dominio siempre mayor. ¿Que-
darán ahora también fríos e incrédulos aquellos a quienes fué dada
una gran luz?
Estamos en vísperas del tiempo de angustia y nos esperan dificul-
tades apenas sospechadas. Un poder de abajo impulsa a los hombres
a guerrear contra el Cielo. Seres humanos se han coligado con las
potencias satánicas para anular la ley de Dios. Los habitantes de
la tierra se están volviendo rápidamente como los contemporáneos
de Noé, que el diluvio se llevó, y como los habitantes de Sodoma
que el fuego consumió. Las potencias de Satanás se esfuerzan por
distraer las mentes de las realidades eternas. El enemigo ha dispuesto
las cosas de manera que favorezcan sus planes. Negocios, depor-
tes, modas; he aquí las cosas que ocupan las mentes de hombres y
mujeres. El juicio es falseado por las diversiones y por las lecturas
frívolas. Una larga procesión sigue por el camino ancho que lleva a
la ruina eterna. El mundo, presa de la violencia, del libertinaje y de
[307]
la embriaguez, está convirtiendo a la iglesia. La ley de Dios, divina
norma de la justicia, es declarada abolida.
En este tiempo—un tiempo de iniquidad desbordante—una nue-
va vida procedente de la Fuente de toda vida debe tomar posesión de
Testimonios para la Iglesia 9:43-48 (1909)
.
286