Página 355 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La escuela de médicos evangelistas de Loma Linda
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Escuelas preparatorias y sanatorios
Lo que importa más que todo es que los estudiantes aprendan
a representar correctamente los principios de la reforma pro salud.
Enseñadles a seguir fielmente este ramo de estudio combinado con
otros ramos esenciales. La gracia de Jesucristo inspirará sabiduría a
todos los que siguen los planes del Señor en lo que concierne a la
verdadera educación. Sigan los estudiantes con fidelidad el ejemplo
de Aquel que pagó por el rescate de la familia humana el inestimable
precio de su vida. Diríjanse al Salvador y confíen en él como en
Aquel que sana todas las enfermedades. El Señor quiere que los
obreros hagan esfuerzos especiales para dirigir a los enfermos y
dolientes al gran Médico que formó el cuerpo humano.
Sería conveniente que nuestras escuelas de evangelistas fueran
establecidas en la proximidad de nuestras instituciones de salud, de
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manera que los alumnos pudieran familiarizarse con los principios
de una vida sana. Tienen un gran valor las instituciones que pro-
ducen obreros capaces de dar razón de su fe y que estén animados
por una fe que obra por la caridad y purifica el alma. He recibido
claras instrucciones en el sentido de que doquiera se pueda deben
establecerse escuelas cerca de los sanatorios, de modo que esas ins-
tituciones puedan ayudarse mutuamente. El que creó al hombre se
interesa por los que sufren. Ha dirigido el establecimiento de nues-
tros sanatorios y la creación de nuestras escuelas cerca de ellos, a fin
de que esas instituciones sean medios eficaces para formar hombres
y mujeres para la obra que tiene por objeto aliviar los padecimientos
de la humanidad.
Los adventistas del séptimo día que trabajan en la obra médica
deben recordar que el Señor Dios omnipotente reina. Cristo es el
médico más grande que alguna vez haya pisado el suelo de este
planeta maldito por el pecado. El Señor quiere que su pueblo se
allegue a él en busca de su poder sanador. El bautizará a los suyos
con el Espíritu Santo y los hará idóneos para servirle de modo que
sean una bendición en la obra de devolver la salud espiritual y física
a los que la necesitan.
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