Página 356 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La unión entre diferentes nacionalidade
“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” “Mas el que bebiere
del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que
yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
Juan 7:37
;
4:14
.
Si, no obstante estas promesas que se nos hacen, preferimos per-
manecer marchitos y agostados por falta de agua viva, la culpa será
nuestra solamente. Si fuéramos a Cristo con la sencillez de un niño
que se dirige a sus padres terrenales, para pedirle las cosas que nos
ha prometido, creyendo que las recibiremos, las obtendríamos. Si
todos hubiéramos ejercitado la fe como debiéramos haberlo hecho,
habríamos recibido en nuestras asambleas una mayor medida del
Espíritu de Dios. Me alegro de que aún nos quedan algunos días
antes de finalizar estas reuniones. Ahora debemos preguntarnos:
¿Acudiremos a beber a la fuente? ¿Darán el ejemplo los que enseñan
la verdad? Dios hará grandes cosas por nosotros si con fe acepta-
mos su palabra al pie de la letra. ¡Ojalá viéramos aquí a todos los
corazones humillándose delante de Dios!
Desde el principio de estas reuniones se me ha instado a es-
paciarme mucho en el amor y la fe. Ello se debe a que necesitáis
este testimonio. Algunos de los que han entrado en estos campos
misioneros han dicho: “No comprendéis al pueblo francés; no com-
prendéis a los alemanes. Hay que tratarlos de esta o aquella manera.”
Pero pregunto: ¿Acaso Dios no los entiende? ¿No es él quien
da a sus siervos un mensaje para la gente? El sabe exactamente
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lo que cada cual necesita; y si el mensaje viene directamente de
él, por intermedio de sus siervos, cumplirá la obra que motiva su
envío; todos serán unificados en Cristo. Aun cuando algunos sean
categóricamente franceses y otros decididamente alemanes y otros
Discurso pronunciado en la Asamblea de la Unión Europea, celebrada en Basilea,
Suiza, el 24 de septiembre de 1885.
Testimonios para la Iglesia 9:179-183 (1909)
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