Página 400 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
primer examen. Tales maniobras no son conformes al orden divino.
Se han presentado y votado muchísimos asuntos que implicaban
mucho más de lo que se anticipaba y de lo que los votantes hubiesen
concedido si se hubiesen tomado el tiempo de examinar el asunto
bajo todas sus fases.
En este tiempo, no podemos ser descuidados o negligentes en
la obra de Dios. Cada día debemos buscar al Señor con fervor, si
queremos prepararnos para las pruebas que nos esperan. Nuestros
corazones deben ser limpiados de todo sentimiento de superioridad,
y los principios vivos de la verdad deben ser implantados en el alma.
Los jóvenes y los ancianos, así como las personas de edad madura,
deben practicar ahora las virtudes del carácter de Cristo. Cada día
deben desarrollarse espiritualmente para llegar a ser vasos de honra
en el servicio del Maestro.
“Y aconteció que estando él orando en un lugar, como acabó,
uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también
Juan enseñó a sus discípulos.”
Lucas 11:1
. La oración que Jesús
pronunció en respuesta a este pedido no tiene una forma ampulosa,
sino que expresa con sencillez las necesidades del alma. Es corta, y
se refiere directamente a las necesidades cotidianas.
Pongamos nuestra confianza en Dios
Cada alma tiene la ventaja de presentar al Señor sus necesidades
particulares y de ofrecer sus acciones de gracias personales por los
beneficios que recibe cada día. Pero las numerosas oraciones largas,
sin vida y sin fe, que se ofrecen a Dios, en vez de ser un gozo para él
le son una carga. ¡Oh cuánto necesitamos corazones puros, corazones
convertidos! Necesitamos que nuestra fe se fortalezca. “Pedid, y
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se os dará—tal es la promesa del Salvador;—buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá.”
Mateo 7:7
. Debemos acostumbrarnos a
confiar en su Palabra y a añadir a todas nuestras obras la luz y la
gracia de Cristo. Debemos asirnos de Cristo y aferrarnos a él hasta
que el poder transformador de su gracia sea manifestado en nosotros.
Necesitamos tener fe en Cristo si queremos reflejar el carácter divino.
Cristo revistió su divinidad con nuestra humanidad, y llevó una
vida de oración y abnegación, sosteniendo cada día una lucha contra
la tentación, a fin de poder socorrer a los que hoy son tentados. El es