Trabajo por los miembros de la iglesia
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quien debemos buscar dirección. “Y aquel Verbo fué hecho carne, y
habitó entre nosotros, ... lleno de gracia y de verdad.” “Porque de su
plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.”
Juan 1:14, 16
.
Surgirán nuevos obreros
El poder del Evangelio reposará sobre los grupos suscitados y los
hará idóneos para servir. Algunos de los nuevos conversos quedarán
de tal manera henchidos del poder de Dios, que entrarán en seguida
en la obra. Trabajarán con tanta diligencia que no tendrán tiempo
ni disposición para debilitar las manos de sus hermanos por críticas
severas. Su único deseo será proclamar la verdad en las regiones
lejanas.
El Señor me ha presentado la obra que debe hacerse en nuestras
ciudades. Los creyentes que hay en ellas pueden trabajar para Dios
en el vecindario de sus casas. Deben hacerlo en silencio y con humil-
dad, acompañados siempre por la atmósfera del cielo. Si mantienen
al yo oculto y siempre dirigen la atención hacia Cristo, se sentirá el
poder de su influencia.
A medida que el que trabaja se entrega sin reserva al servicio
del Señor, adquiere una experiencia que le capacita para trabajar
cada vez con más éxito para el Maestro. La influencia que le atrajo a
Cristo le ayuda a llevar a otros a él. Tal vez no le toque nunca hablar
en público, pero no por eso es menos ministro de Dios; y su trabajo
testifica de que es nacido de Dios.
No es propósito del Señor que se deje a los ministros hacer la
mayor parte de la obra de sembrar las semillas de verdad. Hombres
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que no han sido llamados al ministerio deben ser estimulados a
trabajar para el Maestro de acuerdo a sus diversas capacidades.
Centenares de hombres y mujeres que están ahora ociosos podrían
prestar un servicio aceptable. Proclamando la verdad en los hogares
de sus amigos y vecinos, podrían hacer una gran obra para el Maestro.
Dios no hace acepción de personas. El empleará a los cristianos
humildes y devotos, aun cuando no hayan recibido instrucción tan
cabal como la que recibieron algunos otros. Dedíquense los tales
a servirle trabajando de casa en casa. Sentados al lado del hogar,
pueden, si son humildes, discretos y piadosos, hacer más de lo que