210
Mensajes Selectos Tomo 3
no hay nadie en el hogar capaz de dirigirlos correctamente, nadie que
pueda sentar los debidos fundamentos que debe gobernar su futura
educación... Los niños que están rodeados por estas condiciones
desafortunadamente son dignos de lástima. Si no se les proporciona
la oportunidad de recibir la debida preparación fuera del hogar, se
los priva de muchos privilegios que, por derecho, todo niño debe
tener. Esta es la luz que se me ha presentado.
Los que son incapaces de educar a sus hijos correctamente, no
debieran haber asumido jamás las responsabilidades de la paternidad.
Pero debido a su juicio equivocado, ¿no haremos ningún esfuerzo
para ayudar a sus pequeñuelos a formar caracteres correctos? Dios
desea que tratemos estos problemas cuerdamente.
Los sanatorios deben relacionarse con las escuelas prima-
[246]
rias
—La norma debe mantenerse elevada en todos nuestros sana-
torios. Con estas instituciones deben relacionarse, en carácter de
médicos, administradores y ayudantes, sólo personas que mantengan
su casa en orden. La conducta de los hijos tiene una influencia que
produce su efecto sobre todos los que acuden a esos sanatorios. Dios
desea que esa influencia sea reformadora. Y esto puede ocurrir; pero
se requiere cuidado. El padre y la madre deben dar una atención
especial a la educación de cada hijo. Pero vosotros sabéis qué pasa
con las familias en la colina. Los pacientes entienden lo que ocurre.
Según se me informa, es una vergüenza que no exista sobre los
niños la influencia que debe haber. Cada uno de ellos debiera estar
ocupado en hacer alguna cosa que sea útil. Se les ha dicho lo que
deben hacer. Si el padre no puede estar con ellos, debe instruirse a
la madre cómo enseñarlos.
Pero desde que estoy aquí se me ha dado luz en el sentido de
que lo mejor que se puede hacer es tener una escuela. No tenía yo la
idea de que los muy pequeñitos asistieran a la escuela, no. Pero sería
mejor tener esta escuela para aquellos que pueden ser enseñados, y
ejercerse una acción guiadora sobre ellos, lo cual puede hacer un
maestro de escuela. Tenemos una escuela aquí, porque la Palabra de
Dios no podía enseñarse en la otra [la pública]. Nuestro hermano
[Anthony], que enseña en esa escuela, es plenamente capaz de dirigir
una escuela que enseñe la Palabra de Dios. Está perfectamente
capacitado para hacerlo. El tiene esta posición. Se lo ha empleado, y
mientras se le permita trabajar sin molestias, es mejor que esté allí.