Página 225 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Capítulo 25—Principios generales orientadores
En todo lugar donde hay una iglesia
En todo lugar donde haya una iglesia, grande o pequeña, debiera
establecerse una escuela.—
Carta 108, 1899
; véase
Joyas de los
Testimonios 2:456-457
.
No las máximas de los hombres, sino la palabra de Dios
El alimento que se recibe de la divina Palabra de Dios es el
elemento divino que el alma necesita para lograr un desarrollo sano
de todas sus facultades espirituales. Esta Palabra debe convertirse
en todas nuestras escuelas en la esencia de la educación; ella será la
que dé fuerza santificada, sabiduría, integridad y poder moral, si se
incorpora en la experiencia. No son las palabras de la sabiduría del
mundo, no son las máximas de los hombres ni la teoría de los seres
humanos, sino la Palabra de Dios.—
Manuscrito 41a, 1896
.
No ha de seguirse un plan rígido en la educación
El Señor exige que cada persona que acepta responsabilidades
ponga en ejercicio capacidades inteligentes y educadas, y desarrolle
sus ideas en forma consciente de acuerdo con su previo conocimien-
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to y servicio en la obra de las escuelas. El Señor no ha determinado
que se use un plan definido, especial y exacto en la educación. Es el
temor de Jehová lo que constituye el principio de la sabiduría. Cuan-
do hombres, con sus variados rasgos de carácter, asumen la tarea
señalada como maestros, y siguen un plan de enseñanza que esté de
acuerdo con sus propias capacidades, ellos no han de suponer que
éste debe ser una copia de aquellos maestros que los han precedido,
no sea que arruinen su propia utilidad.—
Manuscrito 170, 1901
.
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