Página 237 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La gracia de la cortesía
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esperanza de cosas mejores en el futuro, hacen que sus cargas sean
muy pesadas. Y cuando se agregan el dolor y la enfermedad, la carga
es casi mayor de lo que pueden soportar. Agobiados y oprimidos
por los cuidados, no saben adónde ir en busca de alivio. Cuando
encontréis a los tales, empeñaos de todo corazón en ayudarlos. No
es el propósito de Dios que sus hijos se encierren en sí mismos.
Recordad que Cristo murió por ellos así como por vosotros. En
vuestro trato con ellos, sed corteses. Esto abrirá el camino para que
podáis ayudarlos, para ganar su confianza, para inspirarlos dándoles
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esperanza y valor.
La gracia de Cristo cambia al hombre en su totalidad
—El
apóstol nos exhorta: “Como aquel que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo”.
1 Pedro 1:15-16
. La gracia
de Cristo cambia al hombre entero, refinando al que es áspero;
haciendo amable al que es duro, y generoso al egoísta. Domina
el temperamento y la voz. Su obra se ve en la cortesía y la tierna
consideración manifestadas por el hermano hacia el hermano, en
palabras bondadosas y animadoras y en acciones abnegadas. En
el hogar hay una presencia angelical. La vida despide un dulce
perfume, que es incienso santo que asciende hacia Dios.
El amor se manifiesta en bondad, amabilidad, tolerancia, pacien-
cia. Cambia la expresión del rostro. Se revela la paz del cielo. Se
ve una bondad habitual, un amor más que humano. La humanidad
participa de la divinidad. Cristo es honrado por la perfección del
carácter. Mientras se acrecientan estos cambios, los ángeles irrum-
pen en alegre canto, y Dios y Cristo se regocijan sobre las almas
amoldadas a su divina semejanza.
Un tono agradable y un lenguaje correcto
—Debemos acos-
tumbrarnos a hablar en un tono agradable, a usar un lenguaje puro y
correcto, y con palabras corteses y bondadosas. Las palabras ama-
bles son como rocío y como la lluvia suave para el alma. La Escritura
dice de Cristo que la gracia estaba derramada en sus labios, para que
pudiera “hablar palabras al cansado”.
Isaías 50:4
. Y el Señor nos
ordena: “Sea vuestra palabra siempre con gracia”
Colosenses 4:6
,
“a fin de dar gracia a los oyentes”
Efesios 4:29
.
Algunas de las personas con quienes os relacionáis son ásperas
y descorteses, pero por ello no seáis vosotros menos corteses. El
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