Página 24 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
El compromiso que caracteriza el pacto de los miembros de la
iglesia es que cada uno camine en los pasos de Cristo, que cada uno
tome sobre sí el yugo de Cristo y aprenda de Aquél que es manso
y humilde de corazón. Haciendo esto, “hallaréis—dice el amado
Salvador—descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga”.
Mateo 11:29-30
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Los que llevan el yugo de Cristo marcharán unidos; cultivarán la
simpatía y la tolerancia, y con santa imitación lucharán por mostrar
a los demás la tierna simpatía y el amor que ellos mismos necesitan
grandemente. El que es débil y carece de experiencia, aunque sea
débil puede ser fortalecido por el que tiene más esperanza y por los
que poseen una experiencia madura. Aunque sea el menor de todos
es una piedra que debe brillar en el edificio. Es un miembro vital del
cuerpo organizado, unido a Cristo, la cabeza viviente, y por medio
de Cristo está identificado a tal punto con todas las excelencias del
carácter del Señor, que éste no se avergüenza de llamarlo hermano.
La utilidad aumenta por los vínculos de la iglesia
—¿Por qué
los creyentes se constituyen como iglesia? Porque por este medio
Cristo quiere aumentar su utilidad en el mundo y fortalecer su in-
fluencia personal para el bien. En la iglesia ha de mantenerse una
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disciplina que proteja los derechos de todos y aumente el sentido
de mutua dependencia. Dios nunca se propuso que la mente y el
juicio de un hombre fueran el poder dominante. Nunca dispuso que
un hombre gobernara, planificara y dispusiera sin la consideración
cuidadosa y acompañada de oración del cuerpo entero, a fin de que
todos actuaran de una manera firme y armoniosa.
Los creyentes deben brillar como luces en el mundo. Una ciudad
asentada sobre una colina no se puede esconder. Una iglesia separada
y distinta del mundo es, en la estima del cielo, el objeto de más
valor en toda la tierra. Los miembros deben comprometerse a estar
separados del mundo, consagrándose al servicio de un solo maestro,
Cristo Jesús. Deben revelar que han escogido a Cristo como su
director... La iglesia debe ser lo que Dios ordenó que fuera: un
representante de la familia de Dios en otro mundo.—
Carta 26, 1900
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